El primer ministro japonés, Taro Aso, propuso hoy un tercer
plan de estímulo económico para luchar contra la recesión en la segunda potencia
del mundo, donde el desempleo sigue creciendo y la demanda interna y las
exportaciones no paran de caer.
Aso aseguró que su grupo parlamentario presentará los
detalles de este plan a mediados de abril para que se sume a las dos
ampliaciones presupuestarias del ejercicio de 2008 que ascienden a 75 billones
de yenes (US$ 763.100 millones).
No obstante, el primer ministro no quiso adelantar la
cantidad que añadiría este paquete a las cuentas del año fiscal 2009, que
comienza mañana, aunque los medios japoneses aseguran que podría llegar a 20
billones de yenes (US$ 203.500 millones).
Con este nuevo plan el Gobierno pretende sacar a Japón de su
peor crisis de posguerra, crear dos millones de empleos y aumentar la demanda
hasta los 60 billones de yenes (US$ 610.500 millones) en tres años, de acuerdo
con esos medios.
La economía japonesa se ha visto especialmente golpeada por
la crisis global, que ha provocado una caída de la demanda externa en los
principales sectores productivos del país a niveles récord, especialmente en
automoción y electrónica.
Con el objetivo de financiar este plan de reactivación económica,
el Gobierno no dudará en emitir bonos para cubrir el déficit del Estado, cuyas
cuentas se tuercen a pesar de ser un país eminentemente exportador.
Algunos de los campos que cubrirán estos nuevos fondos irán
dirigidos a inversiones en energías renovables y eficiencia energética,
infraestructuras, investigación médica y creación de empleo en el sector
servicios.
Según algunos legisladores, este nuevo plan debe ayudar a
que la contraída demanda pueda igualarse a la oferta, en exceso por valor de 20
billones de yenes el último trimestre de 2008, y que podría alcanzar los 50
billones de yenes (US$ 510.350 millones) al cierre de los primeros tres meses
de 2009.