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Las cinco amenazas que tienen en jaque al gobierno de Cristina Fernández en Argentina

El jueves 8 de noviembre miles de personas salieron a las calles de Buenos Aires a protestar en contra de las políticas de la administración de la presidenta Cristina Fernández.

Por: | Publicado: Lunes 19 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por equipo internacional

Este año no ha sido fácil para el gobierno de Cristina Fernández. Pese a la adopción de medidas populistas, el respaldo a su gestión se ha ido desgastando, de la mano de una restricción cada vez mayor a la compra de dólares, lo que ha tenido un impacto directo en las personas, pero también en las empresas. Los problemas del sistema eléctrico y la renovada amenaza de un default han sido los últimos incidentes en la racha de malas noticias. Pero la mayor de todas las amenazas, lo que podría dejar en peor pie a Argentina de cara al 2013, es la caída en el precio de la soya, su mayor fuente de recursos.

Se hunde La Soya, el último salvavidas
Hace algunos meses, un conocido banco de Wall Street dijo que el creciente riesgo de default de Argentina no tenía importancia. Mientras los precios de la soya siguieran altos, estarían optimista sobre el futuro del país. Así es de importante este producto para la economía trasandina. Sin embargo, el principal producto de exportación de Argentina, ha caído sin parar desde comienzos de septiembre y podría complicar las debilitadas finanzas públicas.
El precio de la soya llegó a US$ 505 por tonelada el viernes, una caída de 20% respecto de su peak de comienzos de septiembre. China, el mayor importador de la oleaginosa, anunció la cancelación de sus órdenes de compra.
Lo grave es que la Casa Rosada además elaboró su presupuesto 2013 con un precio promedio US$ 540.
Según cifras oficiales, en 2011 la soya aportó 26% de las exportaciones argentinas. A través de impuestos, el gobierno se queda con 35% de los ingresos.
La administración contaba con ello para lograr un superávit comercial mayor a US$ 13.000 millones.
Como si esto fuera poco, en los últimos días se ha sumado además un factor climático: las lluvias. Las inundaciones de los campos están retrasando la siembra, y las esperanzas de lograr una cosecha récord se están desvaneciendo rápidamente.

El sistema eléctrico está fundido
Cada vez que llega el verano, el consumo de electricidad se dispara por la masiva demanda de aire acondicionado y el sistema eléctrico colapsa. Hace un par de semanas, un apagón en Buenos Aires dejó sin energía a 3,4 millones de personas. Sin embargo, el problema energético es mucho más profundo.
El ex ministro de Energía, Daniel Montamat, alertó que el sistema energético está "fundido" por la falta de inversiones y estimó que las importaciones para abastecer al mercado interno podrían llegar a US$ 3.000 millones este año. "El que conoce el sector se da cuenta de que está teniendo problemas estructurales en todos los segmentos", indicó.
Pese al aumento en los costos, el gobierno mantiene las tarifas eléctricas congeladas desde hace doce años, lo que actúa como un incentivo perverso al consumo, y además, frena las inversiones de las generadoras.
La situación de las empresas se ha vuelto crítica. A mediados de octubre, Edenor cayó en default "a medias", ya que sólo pagó la mitad de lo que debía a Cammesa (la administradora del sistema), y dijo que pagaría el resto cuando el gobierno reajuste las tarifas. Las pérdidas de EDELAP a septiembre superaron todo su patrimonio neto. Y Edesur perdió en los primeros nueve meses lo mismo que en todo 2011.
El problema del suministro eléctrico es un serio riesgo para toda la economía.

El desencanto con Cristina y la crisis social
El primer año del segundo período de Cristina Fernández como presidenta no ha sido bueno en términos de apoyo social. Mientras que en octubre de 2011, su gestión tenía un nivel de aprobación de 64,1% y su desaprobación llegaba al 35,8%, doce meses después sólo 33,2% de los argentinos evaluaba positivamente su gobierno y 60% lo objetaba, según la consultora Management & Fit.
Y eso no es todo. En los últimos dos meses los ciudadanos han salidos dos veces a las calles para expresar su descontento. "La clase media, que apoyó en gran parte a la presidenta en las elecciones de 2011, hoy está claramente disgustada con la situación económica, el aumento de la inseguridad, el avance sobre la libertad de prensa y la justicia, el cepo a la compra de dólares, el proyecto de re-reelección presidencial y los inéditos escándalos de corrupción", comenta Patricio Giusto, analista de la consultora Diagnóstico Político, y agrega que será muy difícil para el kirchnerismo reconquistar a este sector social.
Respecto a lo que ocurrirá en 2013, Giusto afirma que "seguramente será muy conflictivo. A las tensiones preexistentes por las cuestiones económicas y políticas, se le suma que es un año electoral, donde los actores políticos y sociales tienden a tener más presencia en el espacio público".

El fantasma del default
El fallo de un tribunal en Nueva York, que ordenó al gobierno tratar a todos sus acreedores por igual, ha llevado el fantasma del default de 2001 de vuelta a Argentina. Esta vez no se trata de falta de recursos, sino de una batalla de voluntades. El gobierno realizó dos canjes de deuda, donde aplicó un recorte de 70%, el mayor que se haya registrado a nivel global. Pero, un grupo de inversionistas se negó a aceptar las duras condiciones y sigue reclamando una negociación. Por su parte, la presidenta Cristina Fernández ha prometido que no cederá a las presiones de los fondos.
Si Buenos Aires no puede distinguir entre los dos grupos de inversionistas, lo más probable es que deje de pagarle a ambos, lo que significaría un default técnico. Los seguros contra un impago de la deuda (CDS) argentina se han disparado, incrementando sus costos de financiamiento.
Aunque el gobierno está fuera del mercado internacional de deuda desde el default, un segundo incumplimiento podría cerrarle definitivamente las puertas. Por otra parte, el aumento en el nivel de riesgo encarece también los recursos para las empresas locales. La polémica, además, está generando mayor incertidumbre para la inversión.

Camisa de fuerza al dólar
En octubre del año pasado, el gobierno argentino estableció el denominado "cepo cambiario" con mayores controles para la venta de divisas extranjeras a los inversionistas, lo que se fue intensificando hasta quedar vedada la compra de la monedas extranjeras para el ahorro personal.
En el intento por "desdolarizar"  la economía, el gobierno también restringió el uso de dólares en el mercado inmobiliario, lo que está frenando esta actividad. Según el presidente de la Federación Inmobiliaria de la República Argentina, Roberto Arévalo, "hoy no hay transacciones inmobiliarias. No hay oferta".
Otro ámbito afectado es el de las inversiones. Varias multinacionales están paralizando nuevos desembolsos. Entre enero y septiembre la mayoría de ellas sólo destinó  US$ 336 millones para inversiones en sus filiales argentinas, una caída de 61,2% con respecto al mismo período de 2011.
El mercado de bonos también ha sido afectado. La provincia del Chaco fue la primera en pesificar su deuda en dólares, luego de que el banco central no le permitió acceder a las divisas necesarias. Sus pasos fueron seguidos por Formosa y es probable que Tucumán tome el mismo camino.

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