Alza del dólar pondrá presión a IPC y ayudaría a frenar el consumo
El incremento si bien es visto con buenos ojos por parte de los sectores exportadores, no genera buenas noticias para los consumidores y para los sectores importadores. Según los economistas Tomás Izquierdo, de Gemines; Cristóbal Doberti, de BICE Inversiones; y Nathan Pincheira, de Banchile Inversiones, los efectos que se verán por este mayor precio del billete verde se darán a corto plazo, con una mayor inflación de productos como los combustibles y, por ende, del sector transporte; y a mediano y largo plazo, si la divisa mantiene su rally y continúa subiendo de manera gradual, lo que podría generar un encarecimiento de los productos importados durables, lo que a su vez provocaría un menor consumo y afectaría el comercio. Eso sí, llevaría a la inflación más cerca del centro del rango meta del ente rector.
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Por Cristián Bastías Flores
La mayoría de los países de la región han experimentado un alza del dólar en los últimos meses.
De acuerdo a lo señalado en las últimas semanas por los operadores, la divisa estaba subiendo ante la alta demanda interna y externa de las monedas, a causa del posible recorte del estímulo monetario en EEUU.
Así, en Chile ha subido a su máximo desde 2011.
A nivel internacional es República Checa, el país que lidera respecto a la apreciación que ha tenido el dólar, con un incremento de 6,88% y después aparecen Brasil y Argentina, ambos con un 6,17%. Más atrás figura Chile, con una apreciación de 5,65% desde octubre de 2013.
De acuerdo al análisis de Banco Penta, "el peso se depreció con fuerza durante la semana, traspasando la barrera de $ 530 en línea con un fortalecimiento del dólar a nivel internacional ante especulaciones por un eventual inicio anticipado del proceso de retiro de estímulo monetario en Estados Unidos".
Según los economistas, un mayor precio del dólar tiene efectos a corto plazo, mediano y largo plazo. En ese sentido, coinciden en que el primer impacto será en la inflación, particularmente en los precios de productos de consumo directo, como combustibles y transporte. "Esta devaluación del peso empezará a traspasarse efectivamente a algunos precios que son socialmente más sensibles como el transporte y los combustibles (...) Ahora podemos decir que esto ayudará a que se normalicen los niveles de inflación, tal como lo esperaba el Banco Central", explica Izquierdo.
De igual manera, Doberti destaca que además de este primer impacto en el precio de los combustibles y del transporte, hay otros bienes "que se demoran un poco más (en subir sus precios) por un tema de inventarios, pero finalmente igual el alza termina traspasándose hacia los consumidores finales, en la medida que las empresas sean capaces de traspasar esto mayores costos de los bienes, lo que genera mayor inflación".
Pincheira, por su parte, afirma que ya se está viendo un impacto "al menos en el precio de los combustibles" y destacó que esto generará una presión alcista en la variación del IPC de noviembre y diciembre, aunque en mayor medida durante el último mes del año. En lo que va del año, el IPC se ubica en 2,0%, mientras que en 12 meses anota un 1,5%.
Al respecto, Pincheira añade que si bien se ve una alza en este tipo de productos, no necesariamente se verá una mayor inflación en los bienes importados, "porque muchas veces lo que hacen los importadores es que compran con un dólar más bajo e intentan mantener un stock a los mismos precios para no tener un impacto en las ventas".
Sin embargo, precisa que si se mantiene el precio del dólar en estos niveles o en precios superiores durante los próximos meses, ahí si se verían efectos en este tipo de bienes durables, ya sea en automóviles, maquinaria, etc. "Si estos niveles del tipo de cambio se van a quedar por los próximos meses indudablemente, en algún momento, los importadores tienen que empezar a ajustar los márgenes y eso se va a ver reflejado en los precios de los bienes importados", concluye.
Considerando que el alza en la divisa norteamericana tendrá un efecto en los precios de los productos importados, ya sea en el mediano o largo plazo, lo que desencadenará, según los economistas, una baja en el consumo y, por ende, del sector comercio, que en los últimos años ha venido siendo el motor de la economía y cuya desaceleración se viene anticipando hace varios meses.
"Los bienes que son importados y que se pueden destinar a inversión también empiezan a aumentar (de precio) lo que desacelera, por el lado interno, el consumo y la inversión. Es decir, los consumidores, en términos relativos, en dólares se hacen más pobres en relación al resto del mundo y eso significa que tiene que haber alguna
desaceleración del consumo", explicó Doberti.
Pincheira, a su vez, afirma que es obvio que al subir los precios de los productos, las personas comprarán menos, lo que a fin de cuentas terminará afectando las ventas del comercio. "Por un tema de precios se podría ver un efecto en el consumo, pero esto ocurriría también en el mediano plazo, es decir, estamos hablando de 2014", destacó.
Poniéndolo como ejemplo, el economista de BanChile Inversiones advirtió una merma importante en el consumo la mostrarán aquellas personas que piensan viajar y que deben comprar dólares. "Ahí también se ve un impacto directo en los consumidores", ya que ahora se acerca el periodo de vacaciones y muchas personas pueden tomar la decisión de no viajar debido a esta alza que enfrenta la divisa y que a final de cuentas hacer más caro salir fuera del país.
En este punto, Izquierdo destacó que efectivamente en un primer paso las devaluaciones de la moneda local tienen un efecto contractivo, sobre todo en el comercio, lo que a su vez podría significar una baja del consumo. "Las devaluaciones -y eso se dice poco- en el corto plazo tienden a ser contractivas, sobre todo en la actividad no transable, particularmente del sector comercio", explicó el economista de Gemines.
Otro punto que destacan los economistas es que se podría dar un cambio de tendencia en el comercio exterior, ya que a medida de que la divisa norteamericana se hace más fuerte también ganan competitividad los envíos, mientras el sector importador debería mostrar un reducción en su dinamismo.
"En la medida en que la moneda se deprecia, el sector exportador se hace más competitivo, pero de alguna forma los consumidores ya no pueden adquirir los productos que vienen del sector internacional a los precios de antes, sino que los tendrán que adquirir a un precio más alto, lo que haría menos competitiva las importaciones", afirmó Doberti.
En ese sentido, Pincheira agrega que si bien "en el papel" lo que debería significar una devaluación del peso y, por ende, una apreciación del dólar es una disminución de las importaciones y un impulso para las exportaciones, ambos efectos se darían a distintos plazos. "Creo que uno puede ver un efecto más rápido en las importaciones, mientras en exportaciones los efectos no son tan inmediatos, porque muchas veces a la industria que ya está consolidada le favorece, por un efecto netamente precio, pero en las que están ligadas con la exportación suele haber un efecto de demora", explicó el economista de Banchile Inversiones.
Algo similar aporta Izquierdo. A su juicio, si bien hay beneficios como los del fomento de las exportaciones, esto se darán a largo plazo, mientras que el costo es a corto plazo, debido a que tiene un impacto negativo en algunos precios y es un freno a los sectores no transables, principalmente al comercio. "Estas alzas en el dólar pueden eventualmente, si se instalan en el tiempo en términos reales, ser expansivas para el sector exportador distinto de cobre, pero eso solo si la inflación no se come la devaluación de peso. Es decir, si sube en términos reales", explicó.
A inicios de la semana pasada, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) planteaba que el alza que está experimentando el dólar lo está acercando a su precio de equilibrio de largo plazo. Esto, luego de que la divisa subiera más de un 10% en los últimos seis meses, desde un valor de
$ 470 a principios de mayo.
Según cálculos del gremio, durante 2012 el tipo de cambio observado alcanzó un valor promedio de $ 487, esto es, 22 pesos menos que los $509 requeridos para dejarlo en su nivel de equilibrio de largo plazo. Durante el primer semestre de 2013, el tipo de cambio observado promedió $479 y el valor de equilibrio,
$ 510, es decir, hubo una diferencia de $32. Aunque en una magnitud inferior, entre 2010 y 2011, el dólar también estuvo desviado en relación a su precio de equilibrio de largo plazo; $ 11 en promedio, según las estimaciones de la CCS.
"La máxima desviación del tipo de cambio respecto del valor de equilibrio -desde 2011 a la fecha- se habría producido en marzo de 2013, con una brecha de aproximadamente $40 (8%)", afirmó el gremio.
En esa línea, destacan que ahora el aumento del tipo de cambio ha sido algo más gradual que en oportunidades anteriores, alcanzando nuevamente los registros máximos de los últimos años. "De acuerdo a nuestras estimaciones, este nuevo valor del dólar (...) ha permitido acercar el tipo de cambio real a su nivel de equilibrio de largo plazo, luego de que permaneciera sostenidamente por debajo de ese nivel desde noviembre de 2011", afirmó la CCS.