El subsecretario de estado estadounidense para Asuntos
Europeos, Daniel Fried, calificó hoy de "inaceptable" el corte de gas
ruso a través de Ucrania y reiteró el apoyo de EEUU a la Unión Europea para
diversificar sus fuentes energéticas a través de gasoductos alternativos a los
monopolizados por Moscú.
"En 2006 (cuando se produjo la anterior crisis por un
corte de gas ruso) urgimos a Europa a que se tomara en serio el asunto de la
diversificación, y aquí estamos otra vez tres años después", lamentó Fried
en un desayuno informativo.
La decisión anunciada hoy por la gasista estatal Gazprom de
paralizar todo el tránsito a través de Ucrania, que supone una crisis inmediata
en países como Bulgaria y Eslovaquia, "daña la reputación de Rusia como un
suministrador fiable", según el alto funcionario.
Además criticó la "opacidad" de los acuerdos
comerciales ruso-ucranianos y advirtió a Kiev que aún se beneficia de su
antigua pertenencia a la URSS y de que "al final deberá pagar precios del
mercado occidental", como han hecho otros antiguos territorios soviéticos.
"Se hace necesario resolver rápidamente esta
inaceptable situación y, a más largo plazo, desarrollar fuentes alternativas,
que no sean controladas por un único país o compañía", dijo Fried.
Estados Unidos ha impulsado política y comercialmente en los
últimos años proyectos que permitan romper el monopolio ruso del transporte de
gas y crudo a Europa, como los gasoductos Transcaspio, Nabucco (a través del
Mar Negro) o Bakú (Azerbaiyán).
Además, según Washington "Europa debería desarrollar el
hábito y las políticas de solidaridad necesarias para que países individuales
no sean paralizados en disputas sobre gas que impliquen a otros terceros
países", recalcó el diplomático.
A juicio de Fried, "lo que empezó como una disputa
comercial entre Rusia y Ucrania, ha escalado dramáticamente desde la aparición
televisiva de Vladimir Putin ordenando un corte de gas", hasta llegar al
"inaceptable" cierre total del grifo, decretado esta mañana.
El primer ministro ruso ordenó el pasado 5 de enero un
recorte de los suministros de gas en la frontera con Ucrania en el mismo
volumen en que, según denuncia Moscú, "se roba" el carburante en su
tránsito hacia Europa.