El banco ABN Amro es un emblema de la crisis financiera en Europa. En 2007 fue blanco de una batalla por el control, que terminó con la entidad dividido y vendido por partes a Santander, RBS y Fortis. Pero, tras el colapso de Fortis en 2008, fue rescatado por el gobierno y nacionalizado. Hoy, ABN Amro está en camino de regresar a manos privadas.
El gobierno holandés resolvió abrir la propiedad del banco en bolsa, operación con la cual espera recaudar 15 mil millones de euros
(US$ 20 mil millones) en 2015. Esto es menos que los 21.700 millones de euros que tuvieron que inyectar a la compañía, lo que está provocando cuestionamientos por parte de los contribuyentes. Su desempeño marcará el camino para otros gobiernos europeos que intentan salir de la propiedad de bancos rescatados durante la crisis. Reino Unido, por ejemplo, se está preparando para reducir su participación en Lloyds Banking Group, aunque ha dicho que la privatización de RBS todavía no está cercana.
ASR Nederland, los activos de seguros en Holanda de Fortis, también serán privatizados, pero en este caso aún no se ha resuelto por una apertura a bolsa o una venta. La compañía, que tiene su base en Utrecht, tiene un valor estimado de hasta 2.300 millones de euros, según el gobierno. A medida que la industria holandesa de seguros se encoje, ASR podría “jugar un papel en su consolidación. Con la venta de ABN y de ASR estaremos dando pasos hacia la normalización del sector financiero”, señaló el ministro de Hacienda, Jeroen Dijsselbloem.
La industria financiera de Holanda es cuatro veces más grande que su economía, incluso después de que la crisis redujera su relevancia.