La crisis crediticia estalló hace un año, y en ninguno de
los trimestres transcurridos desde entonces UBS ha podido sortear sus efectos.
En el segundo trimestre perdió 358 millones de francos suizos (unos 221
millones de euros), unas cifras que contrastan con los 5.550 millones de
francos de beneficios del pasado ejercicio. Para reparar esta situación, UBS
planea separar sus áreas de negocio.
Las acciones del banco suizo consiguen frenar la sangría
bajista que acumulan en lo que va de año, superior al 50%, con una remontada
próxima al 2%, después de un inicio de sesión negativo.
La reacción se produce coincidiendo con el anuncio por parte
de la entidad de la separación de sus tres grandes áreas de negocio. Estos
planes contemplan una mayor autonomía entre la división de banca de inversión y
la de gestoría y banca privada.
Este área de banca privada ha sido precisamente uno de los
más castigados en el último trimestre, en medio de todos los problemas que ha
tenido que afrontar en este periodo UBS, con investigación por parte de las
autoridades estadounidenses incluida. La entidad sufrió unas fugas netas por
importe de 17.300 millones de francos suizos en el segundo trimestre entre sus
clientes de grandes patrimonios, más del triple de lo esperado por los
analistas. En el pasado ejercicio, UBS consiguió flujos netos positivos
trimestrales de 37.900 millones de francos.
Con vistas al futuro próximo, el banco suizo reconoce que
seguirá afrontando problemas. "UBS no espera ninguna mejora en las
tendencias adversas en la economía y en los mercados financieros". Los
planes, por tanto, seguirán pasando por continuar con los recortes de empleo,
estimados en su día en 5.500 puestos de trabajo.