UBS: “La tendencia alcista que hemos tenido en los mercados simplemente no es sostenible”
Commodities resistirían la caída de activos de riesgo en el segundo semestre.
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POR ERIC ROBLEDO
Con las bolsas subiendo de forma tan potente en los primeros meses del año, el optimismo fácilmente podría nublar las perspectivas de largo plazo en los inversionistas. Este no es el caso del economista jefe de commodities de UBS, Dominic Schnider, quien señala con convicción que dicha tendencia alcista simplemente “no es sostenible”.
Para Schnider existen algunos factores que delatan que la recuperación de la crisis no será tan fácil, los que además podrían provocar una corrección durante el segundo semestre de este año.
En primer lugar, explica, está el hecho que Estados Unidos tiene un déficit fiscal cercano al 9% y no crece con la fuerza que habría de hacerlo con dichos niveles. Esto se suma que los países del Viejo Continente están obligados a bajar sus gastos, pero la mala experiencia de Inglaterra –que sí lo hizo y hoy casi no crece– los desalienta. “Este es, para mí, un ejemplo de lo que podría pasar en el resto del mundo desarrollado”, dice.
Pese a que en el corto plazo la tendencia alcista podría continuar –sustentada en el aumento del consumo–, son precisamente los componentes de dicho crecimiento los que a su juicio no lo harían perdurar.
“Un crecimiento fuerte viene con inversión, con ahorro… y ahorros hoy no hay suficientes”, dice Schnider, quien destaca la baja formación de activos fijos en la mayoría de los países desarrollados e incluso en Brasil, donde la inversión sobre el PIB sólo llega al 18%.
Demanda por petróleo
Pero el panorama no es tan sombrío para el mundo emergente. De hecho, según estimaciones de UBS, la demanda por petróleo en las economías emergentes superará a la de los países desarrollados en 2013, lo que significará un aumento en el precio del Brent de entre US$ 135 y
US$ 155 por barril en los siguientes dos a cinco años.
Ello, junto con una mayor demanda por materias primas en general hacia fines de este año, mantendría a flote los precios de los principales bienes exportados por las economías en desarrollo.
Este, señala el economista, no sería el caso para otros activos de riesgo como las acciones de los países G3 (Estados Unidos, Europa y Japón), que corren el riesgo de una corrección.
La nueva China
La menor proyección de crecimiento de China hecha por el propio gobierno asiático, dice Schnider, no afectará sobremanera a Chile por el precio del cobre, que “bajo el nuevo escenario no llegará a
US$ 10.000 por tonelada
(o US$ 4,5 la libra), pero sí corre el riesgo de bajar hasta los US$ 7.200 por tonelada (o US$ 3,2 la libra)”.
Esto, explica, debido a que “la China que vamos a conocer en los próximos cinco años es distinta de la que conocimos en los últimos cinco”, asegura.
Y es que la sobreinversión hecha por el gigante asiático en el último tiempo significó un aumento en la infraestructura en extremo acelerada (lo que demandó materias primas de otros países emergentes), pero hoy el gobierno estaría buscando nivelar las oportunidades que pudo aprovechar sólo una parte de la población e intenta repartirla hacia el resto.
Además, destaca, los inventarios (stock) de cobre en Shanghai están en niveles históricos (220.000 toneladas), lo que limitaría la demanda incremental por el metal rojo en el segundo trimestre de este año. Y añade que por otro lado, a diferencia de lo que pasó en 2011, este año no se espera un déficit en la oferta global de cobre.
Finalmente, una razón de peso que determinaría la desaceleración de la demanda es el actual apalancamiento de las empresas chinas, que limitaría la fuerte expansión del crédito que hubo entre 2009 y 2010, ya que las empresas no estarían en condiciones de absorber mayores volúmenes de cobre.
“El gobierno chino sabe que no puede seguir con una velocidad muy fuerte de expansión del crédito porque si lo hace tendrá préstamos con mora en los próximos años”, sostiene Schnider.