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“Estamos en una epidemia de consumo de marihuana”

Por: | Publicado: Viernes 22 de enero de 2016 a las 04:00 hrs.
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Por Magdalena Ossandón*

“Nos encontramos en medio de una epidemia donde el consumo de marihuana alcanza cada vez a un mayor porcentaje de la población”, nos dice preocupado el doctor Raúl Schilkrut , médico psiquiatra, con más de 25 años de experiencia en la materia y fundador de la clínica que lleva su nombre y que se ha especializado en adicciones, trastornos alimenticios y psicoterapia de adolescentes y adultos.

Manifiesta encontrarse alarmado ante la posibilidad de que se apruebe el proyecto de ley aprobado, en general, en julio pasado en la Cámara de Diputados que liberaliza el consumo de marihuana, despenalizando el auto cultivo de cannabis y permitiendo su uso medicinal y recreativo.

Nos dice que a los especialistas no se les ha consultado y que debe abordarse el tema desde todas las perspectivas por el bien del país. En el centro donde trabaja, el Instituto Médico Doctor Schilkrut, que fundara el año 1993, atienden a pacientes con problemas de adicción en una amplia gama de edades, que va desde los 12 años hasta adultos mayores, con más de 75 años.

El doctor Schilkrut nos recibe en su oficina donde el trabajo es intenso por la creciente demanda que tiene de tratamientos por adicciones, en particular de jóvenes adictos a la marihuana. Egresado de la escuela de medicina de la Universidad de Chile, y especializado en psiquiatría fue becado en psicofarmacología por la fundación Alexander con Humboldt, en la Universidad de Munich (Alemania) donde tuvo como guía al connotado profesor Hans Hippius. De regreso a Chile se desempeñó como profesor asociado en psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y dirigió un Instituto de Investigación Farmacológica en el Hospital El Peral, ubicado en el del área sur de Santiago.

Haciendo un paréntesis en su intensa agenda nos recibe para conversar sobre el tema del consumo de drogas en nuestro país y, en particular, respecto de la legalización de la marihuana sobre lo cual existen versiones contrapuestas.

Chile, un país lider en consumo

-Las últimas estadísticas sobre consumo de marihuana muestran un incremento de un 50 % entre los años 2011 y 2013. Además el consumo comienza cada vez a una edad más temprana, en séptimo básico…¿a qué se debería este aumento tan significativo?

-Chile es un país históricamente de alto consumo. Lo que nos preparó fue el alto consumo de cigarrillo y alcohol ya que son factores que facilitan. Se sabe que un joven que fuma cigarrillos y bebe alcohol tiene un riesgo significativamente mayor de llegar a probar también la marihuana. Estamos ante una epidemia de consumo de marihuana. De la misma manera de que existen epidemias de enfermedades infecciosas existen epidemias de consumo de drogas.

-En el caso del consumo de marihuana ¿tiene que ver este incremento con la percepción de que es inofensiva? Encuestas oficiales dicen que un 50 % de los escolares considera que la marihuana no produce daño y que tiene un bajo poder adictivo…

-Alrededor de la marihuana existen muchos mitos culturales que están muy extendidos en el mundo y que han llegado con fuerza también a Chile. Uno de estos mitos es pensar que la marihuana es inocua; que es menos dañina que el cigarrillo; que es un producto natural y, en consecuencia, no provocaría ningún efecto tóxico y que, por el contrario, sería bien tolerada por el organismo. Es sabido que cuando disminuye la percepción de riesgo aumenta el porcentaje de personas, en especial de jóvenes, que la van a probar. Otro factor que está influyendo en el incremento del consumo es que también en los adultos ha aumentado la percepción de que no produce daño ni que constituye un riesgo. Los padres, que antes tenían una actitud de mayor censura hacia el consumo, hoy día están confundidos al respecto, lo cual ha hecho que la vigilancia y su actitud frente a la droga se haya ido morigerando.

-El que recurran a la marihuana jóvenes cada vez a una edad más temprana… aumenta los efectos dañinos sobre ellos?

-Sí. Todos los estudios demuestran que cuanto antes comience el consumo -hoy hablamos de un inicio a los 13 años de edad- las probabilidades de adicción serán mayores. El inicio en adolescentes significa que la sustancia está afectando a un cerebro inmaduro, donde todavía no están desarrollados los mecanismos de autocontrol. Entonces provoca efectos dañinos para la formación de la personalidad, para el desarrollo de la vida afectiva y en el rendimiento intelectual porque los cerebros de los adolescentes son mucho más sensibles.

Problemas de autoestima

Uno de los méritos del doctor Schilkrut es que es pionero en nuestro país en integrar los sentimientos al tratamiento de los pacientes con adicciones, centrándose en su vida emocional, psicológica y familiar; siempre tomando en cuenta la unión indisoluble entre lo médico y lo psicológico. Esto le permite tener una visión más amplia y acertada del problema de las adicciones.

-Usted que trabaja con jóvenes... ¿en el fuero íntimo el joven consumidor de drogas se siente de alguna forma “abandonado” por sus padres? ¿Hay una carencia afectiva o sólo lo hace como por vivir la vida buscando un placer?

-Existe de todo. No se puede generalizar. No hay cierto tipo de familia o de actitudes. Se puede tener una familia de seis hijos, donde cinco se desarrollaron muy bien y en uno se desarrolló un severo problema de adicción. Entonces no se debe generalizar. Hay niños que tienen mayor grado de abandono pero hay niños de familias donde ha existido mucho cuidado y sensibilidad con respecto al cuidado de los hijos, que también tienen problemas. Es que estamos en medio de una epidemia. Como dicen los americanos la enfermedad puede afectar a cualquiera.

-¿El consumo responde quizás a problemas también de autoestima? A una baja autoestima?

-Sí, prácticamente todos los jóvenes que abusan del consumo de marihuana comprometen lo que es la autoestima. La vida emocional es fundamental en la salud de los sentimientos y de toda la vida afectiva que conlleva el desarrollo de la personalidad. Entonces lo que se produce es que la persona que consume tiene dificultades en estructurarse, en adquirir una identidad propia. Por ello se trata de jóvenes que después llegan a una edad adulta con una inmadurez en la parte afectiva, debido a que en el período de crecimiento no han tenido un desarrollo adecuado en la parte emocional, lo que contribuye a formar y consolidar la propia identidad. Un punto que es central porque permite distinguir a cada persona respecto de los demás. 

-¿Estos efectos son más importantes aún que la disminución del coeficiente intelectual?

-Se van dando paralelamente. Estudios muy recientes demuestran que cuando el inicio del consumo es a temprana edad se va reduciendo la capacidad intelectual del joven, medido en CI, con lo cual se verá afectado su rendimiento académico.

-Usted señalaba que los padres ya no perciben el consumo de cannabis como algo tan riesgoso o dañino . ¿Hay relajamiento en la actitud de los padres? ¿ O descuido?

-Hay distintos factores. Pero en general la vida familiar hoy día se ve comprometida. Los trabajos intensos del padre y de la madre, con horarios muy extendidos, hacen que el contacto con los jóvenes se haya reducido y por otra parte la actitud de control, vigencia y de dar opiniones de los padres, de estar encima del desarrollo del joven y el contacto con el colegio, se ha relajado.

Fenómeno transversal

-Los datos muestran que la frecuencia del consumo y su edad de inicio son similares en colegios municipales, particular subvencionados y privados. ¿Un problema transversal?

-Absolutamente. En este momento no tiene nada que ver con el nivel socioeconómico ni cultural. Es un fenómeno transversal. Las estadísticas oficiales de Chile -que son muy confiables- lo corroboran.

El Informe de Uso de Drogas de las Américas, publicado este año por la OEA, muestra que Chile tiene el consumo de marihuana más alto entre los países de América del Sur, del Centro y del Norte. Somos los primeros consumidores.

-¿Tiene que ver esto con el crecimiento económico de los últimos años, y con que nos hayamos transformado en una sociedad estresada, con altos índices de depresión, que necesita evadirse?

-No necesariamente está ligado a esos factores. Porque en general los jóvenes empiezan a consumir por un deseo de pasarlo bien, buscando la euforia. No es por motivos especialmente patológicos que lo hagan.

Manejo del dolor

-Mucho se ha divulgado de la utilidad terapéutica de la marihuana, en el terreno de la neurología, en el manejo del dolor, en las quimioterapias para el cáncer…

-Con la marihuana lo que existen fundamentalmente son reportes casuísticos o anecdóticos. Hay algunos más sugerentes que otros como el caso del tratamiento de las náuseas asociadas a la quimioterapia; o para la disminución del dolor en ciertas circunstancias sobretodo en el caso de cáncer. Se ha sugerido que también podría disminuir la rigidez en ciertas enfermedades neurológicas. Pero todavía la evidencia no es suficiente para ser aprobada como medicamento. La farmacología siempre está dando pasos. Lo que hace la industria farmacéutica es separar por métodos bioquímicos la parte de la planta que tiene efecto terapéutico de la que tiene otros efectos. Y eso se está tratando de hacer con la marihuana. Existen ya algunos informes de algunos componentes de la marihuana que podrían tener los efectos terapéuticos sin producir los efectos psicoactivos. Existen países donde se está estudiando la capacidad farmacológica de la marihuana. Pero se hacen en condiciones muy controladas y científicas que es distinto a que cualquier persona que sienta dolor esté autorizada para fumar hierbas.

-¿Cómo se puede prevenir o qué se podría hacer para detener esta la “epidemia”?

-Si en este momento se aprobara la ley que autoriza el libre consumo de marihuana aparecerá delante del joven la imagen pública de que la marihuana no es dañina, con lo cual será un factor social muy difícil de controlar. Por esto nosotros -es decir, todas las organizaciones médicas que tienen que ver con el tema- hemos levantado la voz para decir que si el Estado- representado por sus parlamentarios y su gobierno- legalizan el consumo de marihuana, lo que significaría en la práctica que cualquiera podría plantar una mata de marihuana en su casa, el Estado estaría diciendo que esta droga no es de gran riesgo. Ese factor social tendría una fuerza enorme y los padres tendrían que multiplicar sus esfuerzos para enfrentar una situación como ésta, sabiendo que su posición quedará debilitada. Desde luego, actitudes familiares como lo son la cercanía con los hijos , el saber lo que están haciendo, las horas de llegada, con quienes se juntan, naturalmente siempre serán factores preventivos.

-¿Cuáles son las sociedades médicas que están en contra del actual proyecto de ley aprobado en la Cámara de Diputados el 7 julio de este año, que despenaliza el auto cultivo de cannabis y permite lo que denomina “su uso medicinal y recreativo”?

-Lo que estoy dando a conocer es la opinión de los expertos. No es sólo una opinión personal. Estamos hablando del Colegio Médico en general; de la Sociedad de Psiquiatría y Neurología, de la Sociedad de Psiquiatría Infantil, de la Sociedad de Médicos de Salud Pública. Como sociedades todas se han expresado de una manera unánime en este aspecto como rara vez ocurre entre los médicos. Entre nosotros lo habitual es que las posiciones sean diferentes entre unos y otros. Sin embargo hoy existe una posición unánime y una situación de alarma porque sabemos lo que se vendría encima de aprobarse una disposición de este tipo.

-Qué le parece que una personalidad respetada como es el ex Presidente de la República, Ricardo Lagos, esté a favor de despenalizar las drogas argumentando que con ello se ataca el narcotráfico y se reduciría el mercado ilegal…

-Naturalmente son opiniones que existen. Y esas opiniones las han compartido distintos economistas destacados con argumentos académicos. Nosotros no compartimos esos puntos de vista. Porque lo que se ha visto en los países que han legalizado la marihuana, es que el consumo de las otras drogas (que serían las ilícitas, explica) no disminuye y por lo tanto continua el tráfico. Por otra parte, se ve en países como Holanda que al introducir los café de drogas aumenta la concentración de THC (tetrahidrocannabinol, el componente activo de la marihuana) en lo que las distintas empresas ofrecían. Porque se transforman en grandes empresas con mucho poder político y económico. Entonces en aquel país el gobierno se vio obligado a decir que la marihuana con un contenido sobre un número equis de THC ya no se puede considerar una droga lícita. Me parece que esas opiniones se basan en argumentos económicos teóricos pero que no tienen una base en la realidad. Los especialistas pensamos que estamos en medio de una epidemia de consumo juvenil por lo que nos parece del mayor riesgo elaborar este tipo de leyes.

Síndrome de abstinencia

-Usted que está en contacto con muchos jóvenes que llegan a tratarse a la clínica para dejar la adicción. Sin embargo, existen ciertos temores al tratamiento como el llamado “síndrome de abstinencia”… ¿Es un tema complejo?

-La última demostración clínica que permite saber si una droga es o no adictiva es si acaso produce este síndrome de abstinencia. Es decir una serie de síntomas que aparecen si se deja de consumir. Con la marihuana ocurre este síndrome. No es violento ni potencialmente mortal como el que produce la falta de heroína o de morfina pero es sumamente molesto. Es una sensación de discomfort físico, psicológico, con alteración del sueño, hipersensibilidad a los ruidos, con mucha irritabilidad y donde el joven sabe con certeza que estos síntomas se le pasarían si volviera a consumir marihuana. Por eso para una mejoría, en general, se requiere de un tratamiento con especialistas que ayuden a los pacientes a superar las diferentes etapas.

-¿Se logran buenos resultados?

-Eso depende mucho de las condiciones que se den para el tratamiento. Si alguien tiene posibilidad de vivir en su propia casa, con sus familias, los resultados que se obtienen, son excelentes. En nuestro caso siete de cada diez jóvenes que completan el tratamiento se mejoran a largo plazo.

-Ante esta epidemia de que usted habla, ¿cuál es la mejor forma en que la debiéramos enfrentar?

-Como especialistas nos oponemos al marco legal que se está proponiendo. Nos parece que de aprobarse tendrá como efecto el aumento del consumo; que disminuya todavía más la percepción de riesgo, con lo cual este problema se haría mucho más difícil de manejar. ¡Por eso estamos tan alarmados! Porque al final quienes tendrán que hacerse cargo de los enfermos seremos nosotros y las familias, por supuesto.

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