15% bajaron las ventas de Tesla en China, mientras la venta de vehículos eléctricos subió 5,5% en mayo
El año pasado Tesla vendió casi 1,8 millones de autos eléctricos en todo el mundo. Aunque la china BYD le pisaba los talones, la compañía de Elon Musk era, todavía, la mayor fabricante global de vehículos eléctricos, que, a juicio de los expertos, será la tecnología que dominará la movilidad en el futuro.
“Tener un auto a gasolina será, antes del final de esta década, el equivalente a usar un carruaje tirado por caballos cuando ya se había inventado el motor de combustión interna a fines del siglo 19”, ha dicho Musk sobre la revolución que el mismo lideró.
Pero desde la campaña electoral de Estados Unidos a fines del año pasado, el hombre más rico del mundo ha estado más dedicado a la política que al desarrollo de su imperio, que incluye, además de Tesla, a la aeroespacial Space X.

La ácida disputa entre Musk y el presidente Donald Trump la semana pasada (lo acusó arruinar al país por su proyecto presupuestario) supuso un golpe durísimo para las acciones de Tesla, que ya habían empezado a caer con fuerza en febrero pasado, cuando las ventas de sus autos se vieron mermadas por boicots en Europa y algunas zonas de Estados Unidos por consumidores contrarios a las políticas del gobierno republicano, del que el empresario fue parte hasta hace 15 días.
A esto se sumaron recientemente los disturbios sociales en California, donde varios Tesla han sido vandalizados en señal de rechazo a la política migratoria del gobierno.
Si a comienzos de diciembre pasado, con Trump recién electo y en plena “luna de miel” con Elon Musk las acciones de Tesla llegaron a un máximo histórico de US$ 436, en abril ya habían caído hasta los US$ 241. Y cuando parecían recuperarse a fines de mayo (tocando los US$ 347), la pelea vía Twitter entre Musk y el presidente estadounidense las devolvió a niveles por debajo de los US$ 300.

¿Reconciliación con Trump?
La disculpa publicada esta semana por Elon Musk -reconoció “haber ido muy lejos” en sus críticas - fue interpretada por el mercado como una acción desesperada para detener la sangría bursátil. El director de Future Fund, Gary Black, señaló que, aunque es improbable que ambos vuelvan a ser “amigos multimillonarios”, este gesto debería servir para reparar formalmente la relación. Y así ha respondido la acción de Tesla, que ha subido un 15% esta semana.
“Musk probablemente se dio cuenta de que Tesla necesita ayuda con nuevas regulaciones para vehículos eléctricos y autónomos”, dijo Black, quien añadió que las disculpas públicas del empresario podrían animar a Trump a no obstaculizar los avances de Tesla, en especial en dos frentes: los créditos de vehículos de cero emisiones (ZEV) y las regulaciones federales para conducción autónoma, que son claves para el éxito comercial de la compañía.
Una portavoz del gobierno estadounidense dijo el jueves que no se ha cancelado ningún contrato público con las empresas de Musk, a pesar de que la semana pasada Trump amenazó con suspender los acuerdos vigentes con SpaceX y Tesla.
Baja en ventas
Además del ruido político que enfrenta la compañía, el mercado está preocupado por la caída de sus ventas. Goldman Sachs redujo el precio objetivo de Tesla desde US$ 295 a US$ 285, por menores ventas en EEUU, China y Europa, donde solo en mayo cayeron un 10%.
Por ejemplo, en Alemania, donde las ventas de autos eléctricos subieron un 45% el mes pasado, las matriculaciones de Tesla bajaron 15%. ¿La razón? La fuerte arremetida de los autos eléctricos chinos, más baratos que los modelos de Tesla. Precisamente en China, la venta de vehículos eléctricos subió 5,5% en mayo, pero las ventas de Tesla bajaron 15%, según el grupo industrial Afac.
Goldman Sachs ahora espera que las entregas del segundo trimestre de Tesla oscilen entre 335.000 y 395.000 vehículos, por debajo de su estimación inicial de 417.000 automóviles.
Wedbush Securities, una de las corredoras tradicionalmente optimistas sobre el futuro de Tesla, ahora es más cauta. La intermediaria pasó, en menos de un mes, de otorgar un precio objetivo a Tesla por encima de los US$ 500 a recortar sus estimaciones hasta los US$ 315, preocupada por el impacto en las ventas, de las actuaciones de Elon Musk, de la competencia china, y del impacto de la guerra arancelaria en las exportaciones de autos eléctricos.
Otros bancos de inversión son algo más optimistas en el largo plazo. Desde Deepwater Asset Management señalan que “los inversionistas deberían olvidarse de Tesla en 2025". Pero insisten en que la compañía "prepara el escenario para un repunte importante en 2026 ", principalmente gracias a sus capacidades en inteligencia artificial y vehículos autónomos.
Otros análisis también son positivos respecto al futuro de Tesla, más allá de las turbulencias de los últimos meses. La gurú del mercado Cathie Wood, de Ark Invest, dijo que, si solo pudiera elegir una acción donde invertir, sería en Tesla.
En un podcast, Wood afirmó que Tesla “es una convergencia de tres tecnologías: Robots, almacenamiento de energía e inteligencia artificial. Y no se limita a los robotaxis, hay una historia más allá con los robots humanoides, y nuestro precio objetivo de US$ 2.600 no incluye ese potencial”.