Cautela. Tres veces cautela. Ese parece ser el mejor resumen de la visión del director de Estudios de LarrainVial, Leonardo Suárez, sobre el momento económico que enfrenta Chile. De sus palabras, por sobre todo, se desprende una gran cuota de atención por el escenario internacional y, en especial, por China, “centro de gravedad” -dice- del crecimiento mundial y de la tendencia que protagonicen el precio de los metales. O sea, nuestro gran referente para el rumbo del cobre.
¿Y la desaceleración interna? “Pero si era algo buscado y pronosticado por el Banco Central”, responde el economista con un tono de cierta sorpresa ante las reacciones que han generado las recientes cifras de menor actividad en el país.
Su punto central es que la decisión política de Beijing de bajar el ritmo de expansión del PIB a niveles de 7% -cuando el mercado prefería tasas de 8% a 9%- se recibió como una mala noticia y eso “golpeó” a todos los países que producen y exportan commodities. “Hubo un cambio de expectativas a nivel global que se está reflejando en el tema de la inversión. Las empresas mineras ya no están con la misma disposición a invertir, los costos les están subiendo mucho y los precios de las materias primas -gracias a la desaceleración china- están sufriendo”, argumenta.
- ¿Cómo evalúa la desaceleración que estamos viendo en Chile?
- Es saludable, esta desaceleración de la inversión es bienvenida. Además, es algo buscado y pronosticado por el Banco Central. Recordemos que el mismo banco esperaba estas cifras para el año pasado. Y como no venían, incluso se hablaba de subir la tasa. Nosotros también la veíamos. ¿Por qué? ¿Cuál era o es la amenaza? El eventual estallido de una crisis financiera que creo puede venir desde China, que parta en 2015, por ejemplo, y que nos pille a los chilenos gastando como avión.
- ¿Y el panorama para China no es positivo?
- Yo cambié mi opinión sobre el cobre cuando volví de China en octubre pasado. Viajé optimista, en Shangai aún era optimista, pero en Beijing empecé a percibir mucho más riesgo financiero. Sabía que cualquier señal de recuperación iba a ser frágil, insustentable. Desde enero tengo dos escenarios para China y el cobre, y ninguno es positivo. El base, de debilidad, con precios para el cobre entre US$ 3 y US$ 3,5 la libra, asociado a una moderada alza de la oferta global de cobre y a un aumento de la demanda cuprífera de China que sería la mitad del crecimiento del PIB. ¿Por qué? Porque el nuevo gobierno optó por inversiones más eficientes, menos intensivas en cobre. Adicionalmente, China no puede sustentar altas tasas de crecimiento, incluso de 6,5% a 7%, sin controlar su deuda. Y el escenario alternativo es catastrófico y significa que China entra en una crisis financiera parecida a la de los países asiáticos en 1997, y el cobre se va bajo los US$ 2 la libra.
En ese contexto, lo más relevante es que Chile se ponga a tono con su nivel de crecimiento de largo plazo, que está más cercano al 5% y no al 5,5% o 6%. Además, este rango de 5,5% a 6% se estaba dando con una demanda interna creciendo al 9%, o sea, era una cosa insustentable.
- ¿Por la caída del cobre?
- Porque estamos con un déficit en cuenta corriente del 4% del PIB. Y todo es fundamentalmente por exceso de gasto privado. Y cuando un país está en ese nivel, como Perú, Brasil, Chile, ¿qué hace el inversionista? Ignora al país dependiente de los commodities porque lo ve más vulnerable a un shock externo. Así ocurrió en Chile el año ‘81, en el año 1997 previo a la crisis asiática y ocurrió en 2007-2008. Por eso es bienvenida esta
desaceleración de la inversión, porque reduce la vulnerabilidad de Chile frente a un shock externo.
- Pero los países en desarrollo requieren de déficit en cuenta corriente, de recursos del exterior, para financiar el crecimiento.
- Sí, claro, pero hasta que hace ‘tilt’. Y esto pasa cuando se cae el precio de los commodities. Esa es la señal. Y ahí simplemente no puedes financiar un exceso de gasto sobre el producto. Pasó en Chile el ‘81 y en el 97-98. Un buen ejemplo es que el año 2008 enfrentamos una crisis financiera mucho más violenta que el ‘82 porque estábamos en niveles de gasto relativamente razonables.
Ahora, Chile está en niveles de endeudamiento bastante altos. Mucho se habla de que no sería tanto porque la deuda pública es sólo el 25% del PIB. Pero si se calcula la privada llegamos a 170% del PIB y la corporativa es de 103% del PIB.
Si hay alguna vulnerabilidad en el caso de Chile es por el lado de las empresas, que están muy vulnerables a un shock externo.
- Bajo su óptica, ¿la desaceleración también se explica por inversión y no consumo de las personas?
- Sí, efectivamente la inversión fija se ha desacelerado porque, entre otras cosas, los grandes empresarios mineros están moderando sus iniciativas de inversión. Cerro Casale no se hará, por ejemplo, vemos lo que está pasando con Pascua Lama, El Morro también se demorará. El mismo Codelco está con complicaciones para establecer nuevas inversiones. Yo creo que Antofagasta no hará Antucoya. Hay mucha inversión minera paralizada, en circunstancias que este sector representa el 40% de la inversión fija. Ahora, en otros sectores, veo a las empresas invirtiendo, es el caso del consumo, veo inversión en malls, tanto en Chile como en la región.
Por el lado de la demanda, el gasto público también está creciendo. Las cifras de abril fueron muy expansivas, con gasto público creciendo 16,4% real en doce meses. Y en los primeros cuatro meses del año el gasto público subió en 6,9%, o sea, mucho más de lo que se espera crecer el PIB este año. La verdad es que el Fisco no está contribuyendo.
- ¿Y siendo año electoral no se puede esperar un freno?
- No. El gasto público de casi 7% se puede replicar durante todo el año. Esto, a pesar de que la administración Piñera -en general- ha tenido un gasto público creciendo al mismo ritmo con el PIB, en medio de una demanda interna que vuela.
- Dado este escenario, ¿cuánto crecerá el PIB este año?
- En torno a 5%, porque al fin y al cabo la demanda interna se
desacelerará, pero seguiría creciendo más que el PIB. La primera señal, el dinamizador de la demanda interna, que era la apreciación cambiaria, empezó a revertirse, con un dólar sobre $ 500 -y el alza seguirá-, eso puede frenar un poco la demanda interna, pero no lo suficiente como para crecer menos que el PIB. Y eso significa más presión sobre la cuenta corriente, sobre la balanza comercial. Ahora quizás ya no estemos con déficit de cuenta corriente de 6% del PIB, que era lo que estimaba a comienzos de año, pero sí cercano al 5%, que de todas maneras genera un grado de vulnerabilidad. Al primer trimestre, llegó a 4,1% del PIB.
- ¿Habrá baja de tasas este mes?
- Lo que creo es que el próximo movimiento sí será a la baja, durante el segundo semestre, de 25 puntos base y dependerá del escenario externo. Yo estoy sesgado a que el escenario externo podría empeorar por el lado de China, no así por el lado de EEUU, que sigue siendo una buena opción. Y, en ese contexto, las expectativas se pueden dañar. Pero el Banco Central debe tener mucho cuidado con el timing, porque no puede dar una nueva señal a la economía de que el gasto se disparará otra vez, debe tener mucho cuidado de quedarse sin municiones, de empezar a disparar antes de lo necesario.
Me imagino que va a fijarse en la brecha gasto-producto a la hora de bajar la tasa de interés porque tampoco le conviene dar un estímulo al gasto privado en un escenario de déficit de cuenta corriente creciente, de manera que si viene un shock demasiado fuerte nos encuentre vulnerables. Si el cobre se va bajo US$ 2 la libra, ahí automáticamente el déficit en cuenta corriente se va a 10% del PIB. Entonces, la escapada del flujo de capitales va a ser histórica, parecida a la del ‘82. No digo que eso vaya a ocurrir mañana, pero puede ocurrir en 2017, 2015 ó 2014.
Economista desestimó planteamiento del ministro de Hacienda sobre el tema: ¿Menos inversión por la política? "Por ahora, no"
Experto prevé alza gradual del impuesto a las empresas en próximo gobierno.
- El ministro Larraín culpó al contexto electo ral del freno a la inversión. ¿Hay algo de eso?
- Por ahora no. Quizás más adelante si algún político se pone excesivamente "creativo" y pasa de las palabras a los hechos. Pero no lo veo como una señal gravitante. Si se miran las bolsas de países ligados a los commodities, la chilena es de las que menos ha caído en el año. En dólares, el IPSA ha bajado 8%, similar a la bolsa mexicana. Mientras, la bolsa australiana -otro país commodity- ha cedido 7%. La bolsa peruana ha caído 27% y la bolsa brasileña 18%. Las que están subiendo son las bolsas que estuvieron muy resentidas en 2012 y las bolsas de los países desarrollados, como EEUU.
Desde el punto de vista de las inversiones de portafolio, el actor internacional y local que mira a Chile, Perú, Brasil, ve países muy vulnerables a un shock externo proveniente de China, a la caída de los commodities y, por ello, prefiere no invertir allí. Y en el ámbito de la inversión fija, también hay un poco más de cautela de las mineras en Brasil, Perú y Chile por el tema commodities.
Independientemente del debate de hoy, lo que sí cabe esperar para los empresarios es que les subirán los impuestos. Calculo que la próxima administración
-y es bueno ir incorporándolo en los modelos- subirá el impuesto de primera categoría de 20% a 25% en tres años. Y tal vez sea la moneda de cambio para no tocar el FUT, que es un vehículo de inversión.
- Durante este gobierno ha habido una serie de situaciones que han demorado proyectos, está el caso de Barrancones...
- Hoy está más difícil hacer proyectos en Chile. Pero insisto, nos estamos acercando al estándar de otros países. Nos estamos acercando más a un EEUU de Obama que a uno de Bush, más a una Dilma que a lo que ha sido tradicionalmente Chile. En Icare, Pablo Longueira dijo que este era el quinto gobierno de centroderecha, quizás hay que prepararse para el primer gobierno socialdemócrata, pero si el país quiere eso, esas son las reglas.
- Pero no aparecen políticas preocupadas del crecimiento...
- De partida hay una razón para que la tasa de crecimiento baje: hoy tenemos un PIB per cápita de US$ 16 mil, o sea crecer 6% es mucho más difícil que con un PIB per cápita de US$ 8 mil. El rendimiento marginal de la inversión es descendente. Acá, gracias a un precio del cobre por encima de US$ 3 la libra en 2010-2013, hemos vivido en fiesta y ésta se está acabando. Se vienen años de menor crecimiento para Chile y más por factores externos que internos. Si antes el 90% de los factores que movían al mercado eran la economía mundial y el precio del cobre, hoy esos son tan sólo el 85%. O sea, los factores de política local han subido su importancia de 10% a 15% como drivers del precio de los activos y de la economía chilena.