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El “11” de Lagos y de Piñera versus los 50 años de Boric

¿Qué diferencia la gran conmemoración del medio siglo del golpe militar (1973) que impulsa hoy el Presidente Boric, de lo que antes hicieron los mandatarios Ricardo Lagos (30 años) y Sebastián Piñera (40 años)?Lagos realizó un aniversario del 11 de bajo perfil, un acto republicano y unitario.

Por: Andrea Lagos | Publicado: Viernes 25 de agosto de 2023 a las 04:00 hrs.
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Foto: Presidencia y Agencia Uno
Foto: Presidencia y Agencia Uno

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El 11 de febrero de 1986 nació Gabriel Boric, 13 años después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. No votó en el plebiscito (1988), que dijo No a la continuidad de Augusto Pinochet en el poder. Tenía solo dos años en esa época. No alcanzó ni siquiera a sufragar por Bachelet, uno porque solo en febrero de 2006 cumplió los 18; y, la segunda vuelta, en que ella triunfó, ocurrió un mes antes. Su primera votación presidencial fue cuando resultó elegido Sebastián Piñera, el 17 de enero de 2010.

Al igual que el actual mandatario, el 73% de los chilenos no había nacido para el 11 de septiembre de 1973.

Pese a ello, la clase política asume un país polarizado y pugna por instalar la crudeza del golpe y todas sus consecuencias (el oficialismo y la izquierda); o por atenuar el impacto y no insistir en recordar lo que sucedió (la derecha y parte del centro).

El Presidente Gabriel Boric, no obstante su corta edad (37), está enfrentando los 50 años de la asonada militar con una pasión y protagonismo distintos a presidentes como Ricardo Lagos en 2003 y como Sebastián Piñera en 2013, que rememoraron los 30 y 40 años del golpe, respectivamente. El actual mandatario, que ha leído profusamente la historia de los 1000 días de gobierno de la Unidad Popular y también sobre los hechos posteriores, está viviendo intensamente este hito. Incluso, en julio invitó a todos los partidos políticos a firmar un documento que condenara el golpe militar. La derecha y parte del centro rechazaron de plano una condena a un hecho que muchos de ellos secundaron.

El ambiente de crispación respecto al aniversario del 11 de septiembre, no ha sido la constante. En las conmemoraciones de los 30 y 40 años del golpe, esta fecha se vivió de otra manera.

Ni con Ricardo Lagos el 2003, ni con Sebastián Piñera el 2013 hubo tanta inquietud en el ambiente.

Los hitos de la conmemoración 2023 comienzan el 30 de agosto con el Plan Nacional de Búsqueda para que el Estado asuma el trabajo de hallar el destino de las cerca de 1.100 víctimas de desaparición forzosa.

El acto simbólico que realizó Lagos en el día del aniversario del golpe fue reabrir la puerta de La Moneda ubicada en Morandé 80.

El terreno de Lagos

“Lo que caracteriza los 30 años de Ricardo Lagos fueron la sobriedad republicana y la búsqueda de la unidad nacional”, rememora quien era entonces su vocero, Francisco Vidal (PPD).

Sin embargo, lo que también explica ese tono fue el contexto. El gobierno de Lagos venía saliendo de la crisis política y de corrupción MOP-Gate, que afectó gravemente a su administración. Y había sido socorrido por la derecha liderada por el UDI, Pablo Longueira. El entendimiento de enero de 2003 incluyó 49 leyes que constituyeron una gran Reforma del Estado donde oficialismo y oposición se estrecharon las manos.

La derecha, por su parte, estaba tranquila. En 2003 aún tenía la esperanza de que el sucesor de Lagos en La Moneda sería el UDI Joaquín Lavín. Todas las encuestas lo daban como favorito. Después surgirían Michelle Bachelet y Soledad Alvear. Y la historia es conocida. Bachelet y no Lavín, triunfó en enero de 2006.

En 2003, la relación entre Lagos y el Ejército estaba en buen pie por el “Nunca más” pronunciado por el Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, quien reconoció con arrepentimiento: “Cometimos institucionalmente violaciones a los derechos humanos”.

El lunes 11 de septiembre existirán dos conmemoraciones donde participará el Presidente Boric: una, adentro de La Moneda; otra, en la Plaza de la Constitución. Foto: Presidencia

Morandé 80, óleos y un breve discurso

El acto simbólico que realizó Lagos en el día del aniversario del golpe fue reabrir, con gran cobertura televisiva, la puerta de La Moneda que está ubicada en Morandé 80. El 11 de septiembre de 1973, los restos del presidente Salvador Allende fueron retirados por Morandé 80. Durante la reconstrucción del Palacio bombardeado, la puerta fue tapiada por orden de Augusto Pinochet. Así evitaría su simbolismo.

Además, el ministro del Interior, José Miguel Insulza, encargó al pintor hiperrealista chileno, Guillermo Muñoz Vera, dos grandes óleos que marcaron la jornada. En el Salón de Audiencias del Ministerio del Interior se instalaron ambas pinturas, enfrentadas. El primer cuadro muestra a Allende el día que asumió su mandato, el 4 de noviembre de 1970, saludando desde el balcón de la oficina presidencial. La otra pintura retrata el mismo balcón tres años después, el 11 de septiembre, ahora vacío y destrozado por la metralla y las llamas del bombardeo.

El breve discurso que pronunció Ricardo Lagos el 11 de septiembre de 2003 en La Moneda versó sobre la necesidad de conservar una memoria no fragmentada de lo que ocurrió, de la premura del recogimiento y de la importancia de reflexionar sin caer en el análisis, y también de la urgencia de encauzar pacíficamente los desacuerdos en Chile. En su alocución, dijo: “Construir ese futuro es nuestro deber. Construir un Chile donde no vuelva a ocurrir jamás lo que hace 30 años ocurrió, donde jamás los chilenos se vean entre sí como enemigos, donde la diferencias sean parte de la normalidad democrática y no trincheras enfrentadas”. Y culminó: “… es posible superar la violencia y el miedo, aceptar la diversidad y encauzar pacíficamente los desacuerdos. Hemos avanzado mucho, pero debemos seguir avanzando en una convivencia basada en el respeto, el pluralismo, la tolerancia, y la unidad del alma nacional”.

El gobierno de Piñera planeó un acto republicano al que no aceptó ir ningún representante de la oposición. Ese 11 se abrió al público, además, la Plaza de la Constitución restaurada. Foto: agencia Uno

40 años

El Presidente Sebastián Piñera estaba a meses de dejar su gobierno (su sector perdería la elección ante Michelle Bachelet) y tenía un imperativo. En septiembre de 2013 debía demostrar que era capaz de conmemorar un “11” para todos los chilenos, no solo para la centroderecha a la que representaba políticamente.

El gobierno entonces planeó un acto republicano en el Patio de los Cañones de La Moneda al que no aceptó ir ningún representante de la oposición que organizó su propia conmemoración en el Museo de la Memoria. Ese día se abrió al público, además, la Plaza de la Constitución restaurada.

El mandatario dio un discurso en que habló de “asumir las heridas, curarlas y permitir que sanen”. El recordar, dijo, debe servir para evitar repetir los errores del pasado, pero no para revivir “las diferencias que tanto daño nos causaron”.

En contraposición con los planes de Boric para intentar ubicar a los detenidos desaparecidos, Piñera señaló: “Desgraciadamente, no podemos resucitar a los muertos ni recuperar a los desaparecidos. Pero sí tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para avanzar en materia de verdad y reconciliación”.

“Fenómenos como la tortura, o la desaparición forzada, nunca, nunca deben ser justificados”, añadió.

En su alocución, fue claro al detallar la crisis que vivía el país con el gobierno de la Unidad Popular que fue el antecedente directo del golpe de septiembre del ‘73 en que se quitó la vida el Presidente Salvador Allende.

Cómplices pasivos y Punta Peuco

Manuel Contreras, el temido ex director de la DINA, dio una entrevista exclusiva para CNN desde el Penal Cordillera en Peñalolén. Era 10 de septiembre de 2013. Allí, además de negar todos y cada uno de los crímenes por los que estaba condenado por más de 400 años, de decir que no mentía, ni que torturó, ni asesinó, y de acusar a la ex Presidenta Michelle Bachelet de no haber estado nunca detenida en Villa Grimaldi, el sitio de torturas de la DINA; declaró que él estaba en un recinto militar, que no lo veía como cárcel. “Eso era un casino de oficiales, no una cárcel. No había rejas, los gendarmes eran asistentes de los internos que eran reos rematados, quizá los más fieros culpables de crímenes de lesa humanidad”, aclara un excolaborador de Piñera en la época.

Después de esta entrevista, a fines de septiembre de ese año, el Presidente Piñera dio la orden de terminar con Cordillera como penal para exuniformados sentenciados. En una operación concretada en la madrugada del 28 de septiembre salieron en un furgón de gendarmería los 10 presos que hasta entonces habían sido VIP y que ahora entraban a Punta Peuco, la cárcel regular de los violadores a los derechos humanos.

Un cercano al exPresidente señala que Piñera tenía hace rato la idea de terminar con el penal Cordillera. La entrevista del “Mamo” Contreras solo fue un gatillador.

Sebastián Piñera tenía en su cabeza, dicen sus cercanos, la existencia no sólo de culpables directos de los atropellos a los derechos humanos en dictadura (los uniformados), sino de “cómplices pasivos”, todo quien no habló y calló ante las atrocidades que ocurrían.

En el diario La Tercera, el 30 de agosto de 2013, habló de estos cómplices pasivos y puso ejemplo de quiénes se trataba: de la Corte Suprema que no protegió la vida, de los medios de comunicación de la época que desinformaron, de los civiles con poder que no hicieron o no pudieron hacer nada.

Los hitos que se vienen

El ambiente de crispación respecto al aniversario del 11 de septiembre, no ha sido la constante. Ahora se cumplen 50 años, medio siglo, pero en las conmemoraciones de los 30 y 40 años del golpe, esta fecha se vivió de otra manera. Ahora parecen no haber cicatrizado heridas, ni terminado las divisiones y son manifiestos los dolores, las desconfianzas y la falta de amistad cívica entre sectores opuestos del espectro político y social.

Ni con Ricardo Lagos el 2003, ni con Sebastián Piñera el 2013 hubo tanta inquietud en el ambiente. La agenda de la izquierda en el gobierno contrapuesta con la de una derecha empoderada es lo que hace que lo de hoy sea tan distinto de los anteriores aniversarios de décadas del golpe.

“Existe una derecha agresiva, la derecha que ganó el Rechazo, que ganó en el Consejo Constitucional. La derecha está sacando a la luz lo que escondió por décadas. Hoy ya no rechazan el golpe militar. Involucionaron”, señala Francisco Vidal.

Los hitos de esta conmemoración 2023 comienzan el 30 de agosto con el Plan Nacional de Búsqueda para que el Estado asuma el trabajo de hallar el destino que tuvieron las cerca de 1.100 víctimas de desaparición forzosa con paradero desconocido.

El miércoles 4 de septiembre, aniversario de la elección del Presidente Allende, habrá un acto de conmemoración con partidos políticos y agrupaciones de derechos humanos en Morandé 80 (La Moneda).

El domingo 10 será la marcha masiva que pasará por la puerta de Morandé 80 dirigida por agrupaciones de derechos humanos. Esta es una novedad porque en aniversarios pasados se prohibió esta romería para evitar desórdenes fuera del Palacio.

El lunes 11 de septiembre existirán dos conmemoraciones. La primera será un acto restringido, con unas 200 personas, en La Moneda, donde el Presidente Boric dirá algunas palabras. La segunda, es un acto abierto en la Plaza de la Constitución donde el Presidente ofrecerá un discurso y se realizarán gestos simbólicos.

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