El Supremo Tribunal Federal de Brasil paralizó provisoriamente el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, acusada de irregularidades fiscales en las que ha incurrido el gobierno para maquillar resultados.
La decisión se da a sólo un día de que la Cámara de Diputados formara una comisión especial para analizar el caso y que los opositores consiguieran mayoría, y se basa en supuestas anormalidades en la sesión parlamentaria en la que hubo empujones, gritos a favor y en contra del gobierno y hasta rotura de urnas electrónicas, según informa El País.
La decisión del presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, (PMDB) de hacer la votación secreta encendió los ánimos y ahora el Supremo cuestiona la forma de elegir a los diputados para la comisión y la votación secreta.
El próximo miércoles, el Supremo tomará una decisión sobre la formación de la comisión. Si finalmente persiste la composición actual, la tendencia del grupo es más proclive a autorizar el proceso de impeachment de Rousseff.
Próximos pasos
En cuanto la comisión esté formada, la presidenta tiene 10 días para presentar su defensa. Tras ese periodo, los diputados de la comisión tienen cinco sesiones para elaborar el informe a favor o contra la destitución. Dos días después, el informe será votado en el pleno de la Cámara. Para autorizar la apertura, son necesarios 342 votos (dos tercios de los 513 diputados). Si la solicitud de impeachment no alcanza ese número, Rousseff continúa gobernando el país.
Si la Cámara apoya la apertura del proceso de impeachment, el próximo paso es enviar el proceso a Senado y alejar a la presidenta de su cargo por un máximo de 180 días. En ese periodo, los senadores forman otra comisión para investigar si hubo irregularidades durante su gestión. En el pleno, harán falta dos tercios de los votos (54 de 81) para destituir a la presidenta.