El aumento de la inflación está
afectando negativamente a los hábitos de consumo del 80%
de las familias brasileñas, según un sondeo divulgado hoy por el
centro de estudios privado Fundación Getulio Vargas.
La población más afectada, según el estudio, fueron las familias
con ingresos más bajos, las que perciben hasta US$1.300 al mes, segmento en el que el 87,8% declaró
haber cambiado sus patrones de consumo por la escalada de precios.
En el otro extremo, las familias con ingresos superiores a US$6.000 también sufrieron la
repercusión del aumento de los precios en sus hábitos de consumo
aunque en menor medida: el 72,4% afirmó haber aplicado
cambios en su cesta de la compra.
La mayoría de los encuestados (61,6%) dijo que los
alimentos fue el elemento que más repercutió en sus presupuestos.
También afectó el incremento del costo de las tarifas de
servicios de electricidad, agua y telefonía, que fue citado por el
22,9% de los entrevistados.
Para aliviar el peso del aumento de los precios, el 35,4% de los que declararon sufrir con la inflación afirmó que está
tratando de reducir gastos, mientras que el 44,5% está
sustituyendo los productos y servicios que consumía por otros más
baratos.
En cuanto a las perspectivas futuras, la mayoría (49,8%) de los encuestados se mostró optimista con respecto al
crecimiento de la economía en los próximos cinco años, aunque los
resultados fueron menos optimistas en relación a los datos
registrados el año pasado.
El 35,9% consideró que la economía brasileña mantendrá
su ritmo de crecimiento de los últimos años, mientras que el 14,3% se mostró pesimista.