Corea del
Sur ha confirmado 56 casos de fiebre aftosa desde que se detectó su
brote el 29 de noviembre, una enfermedad que se propaga por el país y
que generará millonarias pérdidas, informaron hoy fuentes oficiales.
Los tres últimos casos fueron detectados en una granja de cerdos, en
la ciudad portuaria de Incheon, a 40 kilómetros al oeste de Seúl, así
como en dos criaderos de ganado en la provincia de Gyeongsang del Norte,
a 270 kilómetros al sureste de la capital, informó hoy el Ministerio
surcoreano de Agricultura.
Las granjas se encuentran en
cuarentena desde ayer y más de 3.000 animales de estos tres lugares y de
las zonas aledañas han sido sacrificados, según las fuentes
ministeriales citadas por la agencia local Yonhap.
El primer caso de fiebre aftosa fue confirmado el 29 de noviembre pasado en Gyeongsang del Norte.
Los 56 casos no incluyen a los animales que fueron sacrificados como
parte de las medidas preventivas y a los que se les detectó la
enfermedad en exámenes posteriores.
Corea del Sur anunció el
miércoles pasado un programa nacional de vacunación del ganado, después
del fracaso de las medidas de cuarentena y descontaminación adoptadas
para prevenir la enfermedad.
El Gobierno calcula que las pérdidas generadas por el último brote ascenderán a US$ 348 millones.
En el año 2000 se detectó en Corea del Sur el primer caso de fiebre
aftosa y desde esa fecha se han registrado nuevos brotes en 2002 y a
principios de este año.
La fiebre aftosa es una enfermedad
vírica muy contagiosa que causa fiebre alta y lesiones características
en la boca y las patas de los animales ungulados (especialmente vacas y
cerdos), pero que no afecta a los humanos.