La existencia de perfiles falsos en Twitter no debería ser ya sorpresa para nadie. Lo que sí puede llamar la atención es el creciente negocio que hay detrás de ellos, con compra y venta de followers, para hacer aparecer a un personaje más influyente de lo que en realidad es, o hacer parecer que un tema o campaña son más populares de lo que efectivamente son.
Pero así como se utiliza mucho esta estrategia a nivel político, también hay gente que intenta aparentar lo que no es.
En Argentina, si una persona ingresa a sitios del estilo Mercado Libre, puede encontrar diferentes “oportunidades” para hacerse de una buena base de seguidores que le den el “status” online tan anhelado.
Por ejemplo, con solamente 50 pesos (unos US$ 10), uno puede hacerse de 10.000 seguidores en 48 horas, e incluso la compra se puede hacer mediante una tarjeta de crédito y en doce cuotas, aunque de esta forma el precio se eleva considerablemente debido a los intereses, alcanzando los $ 72
(US$ 15). En EEUU, a través de eBay, por “sólo” US$ 18 se pueden sumar 1.000 seguidores.
También existen sitios dedicados a la venta de followers, como “seguidoresentwitter.com”, donde el valor en relación a la cantidad de seguidores que se ofrecen es mayor, aunque garantizan seguidores “de primera”.
En “comprarseguidores.net” (“seguidores de Twitter garantizados”, dicen) ofrecen cinco paquetes diferentes, que van de 1.000 a 25.000 seguidores. ¿Los precios? de US$ 20 a US$ 350, aunque si uno quiere 100.000 followers deberá abonar US$ 1.200.
Consultado un especialista al respecto sobre qué tipo de followers se están vendiendo, explicó que existen varios tipos de avatares de características falsas: los artesanales creados por alguna agencia o consultora de “comunicación” que de tanto en tanto generan contenido; los industriales, generados en “granjas” para la venta y que tienen como base a países como China y la India, donde un vendedor puede recolectar unos US$ 800 a la semana si logra controlar 20 mil cuentas falsas; y los “Bots”, una abreviatura de Robot en la jerga informática, que no sólo se utilizan en Twitter sino en la red en general. Estos “followbots” suelen ser muy evidentes, ya que tienen rutinas de funcionamiento programadas. De hecho, existen programas al alcance de cualquier internauta que detectan de forma eficaz cualquier “Bot”, así como otros también facilitan la creación de los mismos.