Importantes demostraciones anti japonesas surgieron en varias ciudades de China continental, luego de que nacionalistas japoneses elevaran banderas niponas en las disputadas islas Diaoyu.
Las protestas se realizaron en Guangzhou, Jinan, Hangzhou, Chengdu, Changsha, Wenzhou, Harbin y Shenzhen. La más larga de ellas fue la de Shenzhen y la situación subió de tono por la tarde. Los protestantes arrojaron piedras y botellas a los restaurantes japoneses y volcaron docenas de autos de marca japonesa, incluyendo un auto de la policía.
Al menos tres restaurantes quedaron severamente dañados, con ventanas y carteles publicitarios destrozados, pese a que en realidad no eran propiedad de japoneses. No hubo estadísticas oficiales sobre el número de protestas, pero una fuente de la policía de Shenzhen dijo que casi 20 mil personas se tomaron las calles durante la manifestación que duró siete horas.
La policía no intervino hasta que los protestantes comenzaron a volcar autos. La policía anti disturbios mantuvo a la multitud acorralada, mientras las personas estaban reunidas en una plaza pública cerca de la tienda por departamentos japonesa Jusco.
Se creó un caos vehicular cuando cientos de policías bloquearon las calles cercanas a la zona de protestas. Guardias de seguridad que estaban cerca de Jusco dijeron que docenas de manifestantes fueron detenidos y afirmaron que algunos fueron aprehendidos “bruscamente”. No se permitió la cobertura de las protestas por parte de reporteros del medio local.
En Hong Kong, mil personas se tomaron las calles en una protesta organizada por la Federación de sindicatos de Hong Kong, marchando desde Wan Chai al consulado japonés en la zona central de la ciudad. Las protestas surgieron cuando diez japoneses nacionalistas alzaron banderas en las islas Diaoyus –conocidas en Japón como Senkakus– intensificando las disputas territoriales con China. La movida escaló más la tensión en ambos lados, después de que catorce activistas zarparan a las islas desde Hong Kong la semana pasada.
El coordinador ejecutivo del consulado de Hong Kong, Lam Woon-kwong, dijo que la acción realizada por los activistas de Hong Kong fue “un intento exitoso” y que mostró el poder cívico de Hong Kong. El vocero del Ministerio de extranjería, Qin Gang, declaró que China se opone fuertemente al desembarque japonés en las Diaoyus y le pide con insistencia a Japón que deje de intentar minar la soberanía territorial de China.
Mientras tanto, se dice que el viceministro de Relaciones Exteriores de Japón, Tsuyoshi Yamaguchi, está planeando un viaje a Beijing para frenar las crecientes tensiones.
El embajador japonés en China, Uichiro Niwa, solicitó a Beijing garantizar la seguridad de los japoneses y sus empresas en China. En Guangzhou, más de 500 manifestantes afuera del Consulado General de Japón, quemaron banderas japonesas y pidieron que el gobierno japonés se disculpe.