El
"retraso" de Portugal a la hora de poner en marcha las medidas de ajuste
del gasto público es una de las principales razones que explican el
aumento de la presión de los mercados internacionales sobre su deuda
soberana, según el presidente de la principal patronal lusa, António
Saraiva.
Saraiva, máximo
responsable de la Confederación de Industrias Portuguesas (CIP),
pronosticó que 2011 será "un año muy difícil" para su país, aunque
espera que suponga el inicio de una nueva era para la economía lusa.
"Creo que la penalización que infligieron a Portugal -los mercados-
se debió al descontrol de las finanzas públicas, así como al retraso del
anuncio y la implementación de medidas concretas dirigidas a la
consolidación presupuestaria", argumentó.
En opinión de
Saraiva, las recetas aplicadas en Portugal y en varios países europeos
-rebaja de la inversión y el gasto público, aumento de la carga fiscal,
recortes salariales a los funcionarios, etcétera-, son "correctas,
aunque a veces tardías".
También consideró que la aplicación
real de estas medidas de consolidación presupuestaria para 2011, que
suponen "un gran esfuerzo" para sus ciudadanos, "dará señales positivas"
a los mercados internacionales.
"No creo que valga la pena
discutir sobre la justicia de su actuación; el comportamiento de los
mercados se basa en la información disponible y en las señales que se le
van dando", insistió.