Los tribunales irlandeses han dado el visto bueno a la propuesta del
Ministerio de Finanzas para realizar una nueva inyección de capital en
Allied Irish Banks (AIB). El monto, esta vez, asciende a US$ 4.800
millones.
Este balón de oxígeno, procedente del Fondo de Reserva de las
Pensiones, llega poco después del rescate acordado por la Unión Europea
para aliviar las cuentas públicas del país.
El Ejecutivo justifica la medida en un comunicado oficial, señalando que "la
decisión permite al Ministerio dotar de capital para que AIB cumpla
tanto sus requerimientos de capital para final de año como los
establecidos por el banco central. Este capital es esencial para que AIB
pueda cumplir su papel en el apoyo a la economía irlandesa".
Los fondos que aportará el Gobierno suponen la nacionalización de
AIB. Hasta la fecha el control público se limitaba al 19%. Una vez
completado el rescate, ascenderá al 92,8%.
La nacionalización implicará que las acciones de AIB serán excluidas
de los principales mercados de las bolsas de Londres y Dublín. Sus
títulos pasarán a cotizar sólo en los mercados secundarios.
Los severos cambios que registrará AIB agravan su descalabro
bursátil. Los inversores, en una jornada plácida en el conjunto de los
mercados europeos, responden a media sesión con un castigo adicional del
20%, hasta los 0,32 euros.