Los trabajadores griegos están convocados este miércoles 24
de febrero a una huelga general de 24 horas con la que pretenden volver a
paralizar la vida del país, incluido el transporte por tierra, mar y aire, en
protesta por las medidas de ahorro anunciadas por el Gobierno para hacer frente
a su grave crisis económica.
Se prevé que hoy no funcionen ni colegios, hospitales,
oficinas públicas, ayuntamientos, aduanas y el sector privado, y sus empleados
se han dado cita en diversas manifestaciones en el centro de Atenas y en otras
grandes ciudades, informa Efe.
Los periodistas y los técnicos de la televisión se han
sumado al llamamiento, lo que se traducirá en un apagón informativo de 24
horas, y un total de 400 vuelos, incluidos los internacionales también se han
cancelado debido a la participación en el paro de los controladores aéreos. A
partir de la medianoche de hoy, el espacio aéreo permanecerá abierto sólo para
vuelos de emergencia.
También se han suspendido los viajes en barco a las islas
griegas y hacia Italia. En todo el día de mañana tampoco funcionarán los trenes
de larga distancia, ni los de cercanías, ni el metro y los tranvías. El resto
de la locomoción pública efectuará diversos paros durante la jornada.
La huelga la ha convocado la Confederación General
de Trabajadores de Grecia (GSEE) en respuesta al plan del Ejecutivo de recortar
en un 10% los gastos públicos este mismo año, congelando los salarios y
aumentando la edad de jubilación.
Una huelga política
"Hemos convocado a una huelga de carácter
político", declaró ayer Gianis Panagopulos, presidente de la GSEE, que representa a un
millón y medio de trabajadores. "El gobierno no sólo debe sentir las
presiones de los mercados, sino también la de la gente. Los mercados piden
medidas más drásticas y nos desangran", añadió.