La canciller alemana, Angela Merkel, insistió hoy en Ottawa, Canadá, que está comprometida con hacer todo lo posible para salvar al euro y que comparte la postura del presidente del BCE, Mario Draghi, cuando a finales de julio aseguro que haría todo lo necesario para defender la moneda única.
En concreto, Merkel aseguró que "lo que dijo el presidente del BCE es algo que hemos repetido una y otra vez desde el inicio de las dificultades en Grecia. Nos sentimos comprometidos a hacer todo lo que podamos para mantener la moneda común", afirmó Merkel.
"Aunque el BCE es independiente, está totalmente alineado con lo que hemos dicho desde el principio. Y los resultados de la reunión del banco central y sus decisiones muestran que el BCE piensa que la acción política en relación con la condicionalidad es simplemente una condición previa para un desarrollo positivo en la zona del euro", añadió.
Merkel también defendió la idea de "mayores derechos de intervención" en aquellos países que no cumplen los criterios de estabilidad porque Europa, afirmó, tiene un problema de credibilidad ante los inversores extranjeros.
Asimismo, aseguró que "también necesitamos un cierto grado de solidaridad en Europa. Tenemos que aprender a utilizar el dinero que ya hemos dado a fondos estructurales, a utilizar ese dinero de forma más eficiente en el futuro". Según la canciller alemana, "nos hemos dado cuenta de que no todo el dinero que hemos dado realmente impulsó la competitividad de esos países. Si se mira la crisis inmobiliaria de España, tiene mucho que ver con la mala distribución de dinero. Y tenemos que llegar a las conclusiones apropiadas".
Programas de austeridad
Por otro lado, el presidente de Alemania, Joachim Gauck, aseguró hoy en Viena que el Gobierno de su país no tiene pretensiones de dominio cuando defiende a rajatabla los programas de austeridad dentro de la Unión Europea (UE). "No se trata de ninguna aspiración de dominio", dijo el jefe del Estado alemán tras reunirse con su homólogo austríaco, Heinz Fischer, en referencia a la política de Berlín de exigir severos ahorros de los países de la zona del euro en crisis.
Según Gauck, la firme postura del Gobierno de Angela Merkel a favor de mantener la línea de austeridad está sustentada en la necesidad de lograr un buen nivel de "solidez y fiabilidad", que tanto Alemania como Austria han conseguido con sacrificios pasados y que ahora desean "compartir" con los demás.
Por su parte, Fischer se mostró a favor de que se mantenga fuerte el estrecho e histórico eje franco-alemán, como un elemento esencial de la deseada estabilidad en la UE.