El presidente de Estados Unidos se defendió de las críticas y se ha
autodefinido como un "firme creyente del libre mercado",
contratacando a aquellos que lo califican de socialista. Barack Obama dijo esto
ante los principales directores ejecutivos de las empresas estadounidenses.
Obama se reunió con los representantes de las mayores empresas del país
norteamericano, a los que manifestó que "contrariamente a lo que afirman
mis críticos, soy un firme creyente en el libre mercado".
En este sentido, el jefe de Estado destacó que "hemos llegado a un momento
en la política en la que nuestros esfuerzos razonables para poner al día
nuestras regulaciones, o invertir en el futuro, se reciben con demasiada
frecuencia con gritos de 'nacionalización' o incluso socialismo".
Obama intentó defenderse de las críticas vertidas sobre su gestión y afirmó que "como presidente de EE.UU., lo que quiero es recompensar y por lo menos no
perjudicar a las empresas que creen empleos y produzcan más dentro de las
fronteras de este país". "Eso no es antiempresa, es en favor de EE.UU.
y no tengo que disculparme por ello", dijo.
Obama aludió así a su propuesta sobre el régimen impositivo a las
multinacionales. El presidente ha propuesto eliminar una provisión que eximía a
las empresas retrasar el pago de impuestos sobre sus beneficios en el exterior.
Se calcula que esa medida generará cerca de US$ 122.000 millones en ingresos al
Fisco estadounidense.