Septiembre marcó un mes de cierta calma en los mercados internacionales, donde las bolsas emergentes volvieron a terreno positivo, con las divisas apreciándose frente al dólar y los bonos del Tesoro estadounidense recortando pérdidas.
Parte de este contexto se reflejó en las reservas internacionales del Banco Central: según datos del instituto emisor, septiembre cerró con el mayor stock histórico, al superar los US$ 42.000 millones en activos en el exterior.
De esta manera, en lo que va del año, el stock se incrementa 1,57%, luego de que el año pasado retrocediera 0,81% en comparación a 2011, convirtiendo a Chile en la única economía regional que perdió reservas en el anterior ejercicio.
Desde el ente autónomo señalaron que “existe un componente importante durante septiembre asociado a recursos que depositan los bancos en el BC, los que siguieron aumentando en dicho mes”.
“Por un lado, influyó la tenencia de bonos del Tesoro de EEUU, que cerraron el mes con un alza en su valor. También, el Central tiene reservas en euros y otras monedas que se valorizaron en el mes” explica Eduardo Orpis, de Finanzas Today.
De hecho, según el IPoM de septiembre, el 52,21% del portafolio de inversiones de las reservas se compone de monedas distintas al billete estadounidense.
Un “colchón” financiero
¿Qué implicancias prácticas tiene un incremento en las reservas? Analistas coinciden en que el hecho de que el stock se mantenga constante en el tiempo le da a Chile un “colchón financiero” importante ante la eventualidad de un empeoramiento en el escenario externo.
Esto, en especial considerando que varias de las economías latinoamericanas han perdido reservas internacionales este año mediante intervenciones cambiarias para depreciar al dólar frente a la moneda local.
“Lo que suceda en las próximas semanas puede ser muy importante en EEUU, con el techo de la deuda y la discusión fiscal. Si se genera un desenlace adverso, claramente impactará en los mercados internacionales y las monedas emergentes. En ese sentido, tener un colchón de dólares en el mercado local es bastante importante”, dice Sebastián Senzacqua, de BICE Inversiones.
Por otro lado, algunos apuntan a que en la eventualidad de que el instituto emisor recorte la tasa de interés con un dólar en torno a $500, el efecto llevaría al dólar a empinarse en torno a $ 20 en el corto plazo, lo que llevaría al ente autónomo, posiblemente, a vender divisas en el mercado local para evitar una apreciación “indeseada” del billete.
“Acumular reservas no va de la mano con la política de bajar tasas. Si se recorta la tasa para incentivar la economía, eso debería compensarse con una venta de divisas para contrastar la baja de tasas para evitar una depreciación del peso que lo llevaría a $ 520. Recién con un dólar bajo $ 480 el Central pensaría en bajar tasas”, argumenta Alexis Osses, de xDirect.