Costos de combustible y transporte llevan a los consumidores a renunciar a las vacaciones

Por Sarah Neville, editora de Políticas Públicas

La evidencia de la magnitud en la que las familias están sintiendo el apretón apareció en una encuesta anual de gastos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, su sigla en inglés), de más de 5.000 familias a lo largo de Reino Unido.

La encuesta mostró que en 2010 el gasto promedio semanal en el Reino Unido, desajustado para la inflación, se mantuvo en 473,6 libras (US$ 738). Después de una caída en 2009, que lo llevó a casi el mismo nivel en que estuvo en 2008. Pero la ONS dijo que una vez que se consideró la inflación, mostraría que cayó un poco desde el año anterior.

A medida que la gente se apretó el cinturón, enfocó sus cada vez más escasos recursos en necesidades como el transporte, el arriendo y la comida.

La única categoría donde el gasto fue más alto fue transporte, que promedió 64,9 libras semanalmente, un alza de 11% desde el año anterior. El impacto de los crecientes costos del combustible fue evidente en las cifras. Más de la mitad de todo el gasto en transporte fue en gastos operacionales, que subieron 14%. La mayor parte de ese aumento se debió al gasto en combustible.

El gasto en transporte público también aumentó, reflejado en el incremento año sobre año de 2,5 libras en el gasto semanal promedio en servicios de transporte.

La presión hacia arriba de los arriendos también pudo percibirse en el aumento del gasto en vivienda, combustible y energía. El gasto semanal promedio aumentó a 60,4 libras en 2010 desde 57,3 libras el año anterior, haciendo que esta sea la segunda categoría más alta.

Sin embargo, el gasto en los “bueno tenerlos”, en lugar de los esenciales, se mantuvo firma en 2010 comparado con el año anterior.

En gasto en la categoría de la ONS de recreación y cultura promedió 58,1 libras por semana. El promedio semanal de gasto en todos los paquetes de vacaciones cayó desde 13,2 libras semanales en 2009 a 12,6 libras en 2010. También fue visible una pequeña disminución del apetito por vacaciones en el extranjero.

También surgió la magnitud en la que las familias más pobres están excluidas de la revolución de las comunicaciones, En general, 77% de los hogares tenía un computador en su hogar y 73% una conexión a Internet. En los hogares del decil de ingreso más alto, 98% tenía un computador y 97% una conexión a Internet. Pero en el decil más bajo, sólo 46% tenía un computador para la casa y 39% una conexión a Internet. Pero las cifras estuvieron, respectivamente, más altas que un año atrás, lo que sugiere que las familias pobres están ganando terreno.