El asambleísmo como recurso comunicacional clave paraenfrentar reforma a la educación educación
La Alianza ha ganado terreno ante ausencia del oficialismo en encuentros.
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Por Valentina Fuentes J.
El debate por la reforma educacional de la presidenta Michelle Bachelet no sólo ha sido intenso en el Congreso: desde fines de marzo se han organizado más de 250 asambleas de diálogo a lo largo de todo el país. ¿Los principales convocantes? Apoderados y sostenedores de colegios particulares subvencionados, que crean estas instancias para defender sus intereses y entender el proyecto educacional.
Y en el contexto de una discusión que se vuelve cada vez más acalorada desde que el ministro de la cartera, Nicolás Eyzaguirre, presentó los primeros proyectos, estas asambleas no pasan desapercibidas para la clase política, que las ven como plataforma para difundir sus posturas respecto del proyecto.
Tres meses de ventaja
Las asambleas suelen reunir entre 100 y 350 asistentes, entre padres, dueños de colegios, alumnos y un reducido grupo de parlamentarios que generalmente es invitado para exponer sobre el proyecto. Sin embargo, aunque los actores afirman querer conocer todas las posturas políticas, no siempre lo han logrado.
Según Érika Muñoz, presidenta de la organización de padres Confepa, “se invita a parlamentarios de todos los lados para recoger todas las posturas, pero los que apoyan la reforma no se presentan, casi no hemos podido escucharlos y algunas de nuestras preguntas quedan sin respuesta”. Así también lo afirmó el presidente de la Conacep, Hernán Herrera: “siempre llegan más de la oposición, pero intentamos reunirnos con todos”.
La diputada UDI miembro de la comisión de Educación María José Hoffmann afirma que junto a diputados de su partido ha priorizado estas asambleas donde buscan tener una “mayoría ciudadana” en un contexto en que no tienen los votos necesarios en el Congreso. Ante la ausencia del oficialismo en las instancias, Hoffmann sostiene que “el gobierno está rearmando el discurso social de la derecha, porque nos hemos ido acercando a sectores que habíamos perdido, de los que nos habíamos alejado”.
Los senadores DC Y PS, Ignacio Walker y Fulvio Rossi respectivamente, son los parlamentarios del bloque oficialista que los actores reconocen haber visto más en terreno. “Me he ido a meter a la boca del lobo. Los parlamentarios tienen que ir, enfrentar las pifias y defender la reforma”, asegura el senador PS. Sumado a ello, entre el oficialismo también hay otros parlamentarios que han señalado preocupación por “aspectos de la reforma difíciles de defender, como la cuestión de que supuestamente estaríamos nivelando hacia arriba”. Por su parte, el presidente de la comisión de Educación de la Cámara, Mario Venegas (DC), asegura que nunca ha sido convocado a una asamblea ciudadana, pero sí advierte que están enterados de que “los diputados de oposición han estado muy activos en esta materia de difundir. Nosotros tendríamos que tratar de revertir esa situación”.
Manos a la obra
Sumado al despliegue comunicacional que ha tenido la UDI en difundir sus críticas respecto de la iniciativa y a un deficiente manejo político del Mineduc -según amplio consenso en el oficialismo-, las últimas encuestas ciudadanas han revelado que si bien una mayoría apoyaría la reforma, hay alta desconfianza de si el gobierno logrará sacar adelante el proyecto.
Todo el panorama generó una preocupación en La Moneda que no sólo habría derivó en cambios en el equipo de asesores de Eyzaguirre, sino que también habrían apurado el tranco de la labor del Plan Nacional de Participación, que es asegurar la intervención de todos los actores en la reforma.
Andrés Soffia, director del plan, afirma que su implementación estaba contemplada desde el “día uno”, pero que hubo un desfase entre que comenzó la discusión por la reforma –preciso momento en que la oposición habría empezado a ganar terreno- y el trabajo en la calle del equipo encargado, debido a la necesidad de planificar la estrategia participativa. Aunque la oposición ya estaría desplegando sus ideas eficientemente, Soffia interpreta aquello positivamente, ya que “es una gran oportunidad para nosotros que ellos (la Alianza) estén adelantando el trabajo de instalar la participación como derecho y no como beneficio. Nos juega a favor porque entonces ese cambio cultural ya está emplazado en espacios en los que hasta ahora hemos estado ausentes”.
La estrategia del Mineduc generaría las primeras instancias de diálogo dentro del mes de julio, y proyecta abarcar todas las regiones del país antes de fin de año.
ACTORES EMERGENTES
Junto con nuevos espacios de diálogo, también han surgido voces con un activo rol en el debate político: la de los apoderados, que organizados en distintas asociaciones demandan participación en la reforma. Si bien la mayoría de ellas nació en 2011, este año ha habido "un despertar tremendo de los papás por la necesidad de estar informados en algo que nos afecta directamente", dice Érika Muñoz, presidenta de la Confederación de Asociaciones de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados (Confepa), que agrupa a más de 2 mil escuelas. También la Coordinadora de Padres y Apoderados por el Derecho a la Educación (Corpade) ha asumido protagonismo en el debate apoyando los contenidos de la reforma, aunque movilizados por una "presentación integral del proyecto", aclara su líder, Dafne Concha. Además, padres de colegios particulares católicos se han agrupado, convocando a asambleas para expresar su interés por la libertad y variedad de los proyectos educativos.