El director del Centro Democracia y Opinión Pública Universidad Central y cientista político Marco Moreno ha seguido con atención el desarrollo el devenir de la carrera presidencial y coincide con quienes dan por hecho que el candidato republicano José Antonio Kast y la comunista Jeannette Jara se medirán en el balotaje. Aunque, en esta conversación con Diario Financiero, advierte que tres meses es mucho tiempo en política y podría ser que eso cambiara por alguna razón que no se visualiza por ahora. Aunque no puede dejar pasar la arremetida de Evelyn Matthei, que no contribuye a la unidad del sector.
-¿Cómo ve el escenario en la oposición, a propósito de lo que está pasando y la eventual presentación de una querella, desde RN, por la campaña difamatoria de, supuestamente, republicanos en su contra?
-Lo que estamos observando es un desorden que se viene expresando hace varios días en las filas de la oposición y creo que profundizado, porque las encuestas están dando un mal resultado para Evelyn Matthei. Si es que le creemos a las encuestas, evidentemente ella está estancada en su valoración por parte de la opinión pública. Y eso encendió las alarmas.
-¿En qué sentido?
-En el sentido de que en realidad su adversario es Kast y no el Gobierno. Porque para pasar a segunda vuelta no tiene que ganarle a Jara, sino a Kast. Se dieron cuenta un poco tarde, por eso que esta arremetida que, probablemente, va a escalar en los próximos días, se está judicializando.
-¿Matthei está usando esto como estrategia para reposicionarse?
-Sí. Evidentemente lo que está haciendo es dar un golpe en el tablero para romper la inercia que la tiene en tercer lugar y mostrar que tiene liderazgo, que es capaz de confrontar a Kast y, por lo tanto, sobreponerse a esa situación que la tiene relegada a la tercera posición; con un daño que evidentemente le generó toda esta campaña en redes sociales, la guerra digital. Por lo que lo del lunes fue un acto disruptivo calculado.
“Para Jara lo relevante es el valor simbólico que tiene este apoyo de la DC, porque le da más transversalidad a su candidatura”.
-¿Cree que no fue un impulso, algo que le salió en el momento?
-No, no, no, no, Esto estaba calculado y también el costo que tiene la operación.
-¿Y cuál es el costo?
-Es el malestar que puede instaurarse en un electorado de derecha respecto de esta guerra civil que se está dando entre Kast y y Matthei. Esta especie de guerra fría…
“En los ‘circuitos informales del poder’ entienden que lo único seguro para contener cambios radicales en el sistema es tener el control del Congreso”
-Ya no tan fría…
-Claro. Por una parte, el electorado y, por otra, en los llamados ‘circuitos informales del poder’. O sea, esto que Andrés Allamand llamó en los años ‘90 los “poderes fácticos” que ya se han expresado a través de cartas en una arremetida importante. Y claramente hay una señal de que ahí no hay conformidad con esta disputa en la oposición.
-¿A qué atribuye esta disconformidad?
-No es sólo que estén disconformes, sino que están preocupados. Ellos entienden que lo único seguro que tienen para contener cambios muy radicales en el sistema, si no pueden tener la Presidencia de la República, es a lo menos tener el control del Congreso que actúa como un seguro para eventuales agendas que, eventualmente, afecten los intereses de determinados sectores económicos y empresariales.
-¿A qué se puede atribuir que Kast se haya movido y avanzando al primer lugar de las encuestas, mientras Jara y Matthei no tuvieron cambios?
-En el caso de Jara hay una estabilización de su apoyo. Después de la primaria se le generó un efecto expansivo, ya que si bien era ministra, no era un personaje tan conocido. Por lo tanto, a ella, estas dos o tres semanas después de la primaria le han servido para un posicionamiento.
-¿Y el crecimiento de Kast?
-El aumento de Kast se explica porque está recogiendo la baja en la aprobación de Kaiser y Matthei, el vaciamiento que se produce de una candidatura que se traspasa a la otra. Por ahora, lo que estamos viendo son trasvasijes de apoyos internos dentro del bloque.
-Tal como están las cosas hasta ahora, muchos dicen que las cartas ya están echadas y que la segunda vuelta va a ser entre Jara y Kast, porque Matthei ya perdió la oportunidad de dar vuelta el tablero. ¿Es tan así?
-Bueno, ese es el escenario del balotaje que se está configurando hoy día, pero todavía faltan tres meses de campaña y un poquito más. Entonces, en tiempo de campaña pueden pasar situaciones que reviertan esta tendencia de que Jeannette Jara pase a segunda vuelta, porque está logrando consolidar su base de apoyo. Y la disputa de los alemanes en segunda vuelta es muy difícil aquí sólo uno de los dos va a pasar a segunda vuelta.
-¿Cree que todo Chile Vamos se cuadre tras la figura de Kast en segunda vuelta?, porque si se presenta la querella el ambiente va a desmejorar y porque Matthei eludió decir que va a apoyar a Kast.
-En un escenario de segunda vuelta, es probable que los sectores más conservadores de la UDI y una parte de Renovación Nacional, esté por apoyar explícitamente a Kast. Posiblemente, haya otro electorado de derecha en donde va a operar la lógica del voto útil lo que lo lleve de manera inercial a apoyar a Kast, porque no van a votar nunca por Jara. Entonces, es probable que una parte muy significativa de Chile Vamos vote por Kast en un escenario de segunda vuelta, con más o menos entusiasmo, haciéndolo explícito o no.
“Para Jara lo relevante es el valor simbólico que tiene este apoyo de la DC, porque le da más transversalidad a su candidatura”
-En este escenario, ¿cuánto valor tiene para Jara en segunda vuelta, entonces, el voto de DC?
-El peso electoral de la DC está muy disminuido y su votación, en términos concretos, no es lo relevante. Para Jara lo relevante es el valor simbólico que tiene este apoyo. Que un partido humanista cristiano, de centro, esté en la coalición que la apoya, le permite mayor transversalidad. Y en un escenario de segunda vuelta puede hacer que ese electorado se incline por ella más que por la candidatura de Kast. Entonces, por ahora, lo que abrochó Jara más tiene que ver con un componente simbólico, que le da más transversalidad a su candidatura y la aleja de ser la candidata de la izquierda, porque ahora es la candidata del centro y de la izquierda. Por lo que seguramente va a incluir figuras de la Democracia Cristiana en su comando para jugar un rol importante. Eso le permite alejarse un poco del estigma de ser comunista.
-¿Y cuánto gana la DC, porque estos respaldos nunca son gratis?
-Efectivamente. Aquí lo que lo que está en juego es la sobrevivencia de la Democracia Cristiana y eso pasa por competir en una lista única, ojalá; del oficialismo, que le permita a lo menos mantener la representación que le permita seguir existiendo como partido. Y, a partir de ahí, tratar de ejercer un rol, un rol de articulador de mayorías.
-Algunos dicen que con Eduardo Frei, aunque saben que no ganaría, podrían armas una lista parlamentaria de la DC con otros partidos chicos. ¿Eso era o es viable?
-Lo que pasa es que ya la última vez que Frei compitió, perdió. Por lo tanto, no hay mucha evidencia que permita a uno suponer que en el Chile de hoy, lo que él representó, su gobierno sea un activo político que pueda movilizar. De hecho, los presidentes que firmaron la carta, entre ellos él y Zaldívar, no lograron ni siquiera dentro de la propia Democracia Cristiana, revertir la decisión que fue mayoritaria de apoyar a Jara.
-En ese contexto, haber demorado esta decisión para la segunda vuelta habría sido más favorable para la DC?
-Si se hubiera decretado, lo que quería Alberto Undurraga, que era libertad de acción, pero formar parte de la lista parlamentaria es el escenario ideal para la DC; pero evidentemente no era sostenible para los partidos del oficialismo. Por lo tanto, era poco viable también esa opción.
-Pablo Longueira decía que lo peor que podía pasar en esta competencia entre las dos derechas era que se incubara el odio; Pablo Ortúzar dijo hace unas semanas que de la única forma que Jara podría llegar a La Moneda es que la derecha se suicide políticamente y no todos se cuadren tras quien pase a segunda vuelta. ¿Qué piensa de eso?
-Sí, bueno, hay una cuestión casi atávica en ese sector político que suele autoinfringirse derrotas. Hay una tendencia a fagocitarse. Se dice que la derecha tiene un cierto componente de canibalismo político, justamente por esa tendencia. Y si vemos la historia ha sido así, no estamos diciendo algo nuevo