Economía

La Fed alista su séptima alza de tasa del ciclo y pone más presión a monedas en América Latina

Argentina y Brasil han salido a defender sus divisas, mientras México alista una intervención si fracasa la renegociación del Nafta.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Lunes 11 de junio de 2018 a las 04:00 hrs.
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No hay dudas en el mercado de que la Reserva Federal de Estados Unidos aplicará el miércoles su segunda alza en la tasa de interés de los fondos federales del año. Pero, a medida que el banco central más influyente del planeta continúa con su ciclo de endurecimiento en la política monetaria, las dudas persisten sobre la velocidad con la que actuará durante el resto del año.

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Latinoamérica mira atenta. El alza en los costos de endeudamiento ha hecho que los inversionistas salgan de los mercados emergentes: según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, su sigla en inglés) el mercado retiró US$ 12.300 millones de los países en desarrollo en mayo. Aunque Asia ha sido la mayor perdedora, las monedas latinoamericanas han sentido el impacto: el peso argentino y el real brasileño renovaron sus mínimos la semana pasada.

Pero la Fed no da signos de frenar la normalización, alistándose para su séptima alza de tasas desde que comenzó el ciclo en 2015. Los futuros medidos por Bloomberg ven 86% de probabilidades de que la entidad suba en 25 puntos base la tasa esta semana y 14% de que el alza sea de 50 puntos base.

En tanto, la entidad también avanza con el fin del alivio cuantitativo, reduciendo su hoja de balances. En una columna para Financial Times, el gobernador del banco central de India, Urjit Patel, alertó que dicha acción podría afectar la recuperación económica global, lo que afectaría primero a los emergentes.

Argentina ha sido la más golpeada por los avances del dólar. La semana pasada, la divisa estadounidense llegó a cotizarse en 26 pesos argentinos, su máximo histórico, tras romper récord tras récord. Ello, incluso después de que el gobierno de Mauricio Macri logró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para acceder a US$ 50 mil millones, comprometiéndose a lograr el equilibrio fiscal en 2020 -un año antes de lo proyectado por la Casa Rosada- y a asegurar la autonomía del banco central.

La autoridad monetaria puso fin a sus intervenciones el viernes, después de tres semanas de salir a vender dólares para defender el peso local. El vicepresidente de Moody’s, Gabriel Torres, aseguró que el pacto con el FMI “reduce los riesgos y ayuda a acelerar la consolidación fiscal”.

Pero Macri aún tiene mucho camino por delante. El presidente está en deuda con la reducción de la inflación, que en abril se ubicó en 26,5% anual, al tiempo que aplica alzas en tarifas de servicios básicos que amenazan su popularidad. El veredicto del mercado aún está pendiente.

Brasil está cerca de convertirse en la próxima pieza del dominó en caer. Así lo adelantó la semana pasada el economista jefe de Allianz, Mohamed El-Erian, asegurando que las autoridades del país se encuentran “en una posición complicada y con poco margen de error”.

Los síntomas se fortalecieron a inicios de la semana pasada, cuando el dólar llegó a tocar los 3,9 reales, su máximo nivel en dos años, sellando una devaluación de 12% desde marzo de la moneda local.

El banco central intervino y logró controlar el avance el viernes, pero los mercados siguen nerviosos. El país atravesaba un ciclo virtuoso de baja en la inflación y recortes en la tasa de interés, a medida que salía de la peor recesión de su historia. Pero el optimismo va a la baja: el aumento del dólar y el alza en los precios del petróleo (que produjo un paro camionero y puso en jaque al gobierno) presionan a los precios.

A ello se suma la incertidumbre política, de cara a las elecciones presidenciales de octubre. El principal candidato es el expresidente Lula da Silva, quien se encuentra en prisión por corrupción y lavado de dinero, a la espera de que la Corte Suprema cierre su proceso. El segundo en la lista, el excapitán del Ejército Jair Bolsonaro, cuya inexperiencia política enerva al mercado.

México está más atento a la relación comercial con EEUU que a la Fed, con la eventual muerte del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, su sigla en inglés) como la principal amenaza para el peso.

La semana pasada, la divisa anotó su peor nivel en 16 meses, en momentos en que el Congreso en Washington dejaba claro que no había tiempo para sacar adelante una nueva versión del pacto este año. El presidente Donald Trump tampoco ayudaba: el viernes reiteró sus amenazas de retirarse del acuerdo.

Si ello ocurre, los analistas prevén una intervención. “Dado el rápido deterioro de las condiciones financieras, particularmente en el mercado de divisas, el banco central tendrá fuertes argumentos para endurecer la política monetaria en los meses que vienen”, escribió en un reporte la analista Tania Escobedo Jacob de RBC.

El panorama para el peso mexicano también está influido por la incertidumbre política, con la única ronda de la elección presidencial a apenas tres semanas. El principal contendor, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, preocupa al mercado con sus propuestas, que incluyen un mayor gasto fiscal y que, hace meses, también hacían prever un mayor control estatal sobre la economía.

Chile y Perú están en una posición distinta, con los ojos puestos en los movimientos del cobre, que inciden en el crecimiento económico. Pero si el dólar avanza más rápidamente, podría acelerar la inflación en ambos países, que, además, enfrentan un mayor valor internacional del petróleo que ya presiona los precios.

El mercado espera que el Banco Central de Chile aplique su primer alza de tasas en más de un año a fines de 2018 o principios de 2019, pero ese escenario podría verse amenazado si la divisa estadounidense aumenta más rápido de lo previsto.

Pero es poco probable que el peso chileno y el sol peruano resientan el movimiento de esta semana, que ya ha sido incorporado a precios por el mercado. El mayor riesgo, que también corren el resto de los países de la región y los emergentes en el mundo, sería que la Fed sorprenda al mercado con una normalización rápida. El continente espera atento.

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El BCE podría iniciar su propia normalización monetaria

El jueves, un día después de que la Fed aplique su segunda séptima alza de tasas desde que comenzó a normalizar la política monetaria en 2015, el Banco Central Europeo podría comenzar a delinear su propio retiro de estímulos.
La semana pasada, dos autoridades de la entidad apuntaron en esa dirección. El economista jefe de la entidad, Peter Praet, expresó su confianza en la "fortaleza subyacente" de la economía del continente. Agregó que hay "creciente evidencia de que la estrechez del mercado laboral está traduciéndose en un impulso más fuerte en el crecimiento de los salarios".
Por su parte, el presidente del banco central alemán y miembro del directorio del BCE, Jens Weidmann, agregó que espera que la inflación "vuelva gradualmente a niveles compatibles con nuestra meta".

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