Por Marco Fajardo
España va de mal en peor. Cataluña se convirtió ayer en la segunda región española en pedir ayuda al gobierno central para pagar sus deudas, tras Valencia, mientras se confirman cifras económicas negativas y La Moncloa volvió a desmentir un rescate soberano.
Ayer las autoridades informaron que la economía ibérica cayó un 0,4% en el segundo trimestre, respecto de los tres meses previos, por una baja del consumo (1%) y el gasto público (0,7%). Las cifras además confirmaron que el país cayó en recesión el tercer trimestre de 2011, y no el cuarto, como se pensaba hasta ahora.
Asimismo, el mes de julio anotó una cifra récord en materia de fuga de depósitos: los ahorrantes retiraron 74.228 millones de euros, la mayor cifra desde septiembre de 1997.
A pesar de ello, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, negó que evalúe pedir un rescate soberano, tras una reunión con el jefe del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
En una señal de que la tensión ha bajado en los mercados, el Tesoro logró colocar 3.600 millones de euros de letras a tres y seis meses, superando el máximo previsto de 3.500 millones de euros y al menor interés desde mayo.
Sin condiciones
El gobierno regional de Cataluña solicitó su adhesión al Fondo de Liquidez Autonómico -destinado a las regiones de España y que cuenta con 18.000 millones de euros- para pedir prestados 5.023 millones de euros para la región, que es responsable de un quinto del Producto nacional.
Rajoy aseguró que ayudará a Cataluña “como al resto” de las regiones. Añadió que La Moncloa está auxiliando desde enero a otras comunidades desde el convencimiento de que las autonomías “son también España”, y aseguró que el gobierno que preside no se está desentendiendo de la situación de las administraciones territoriales.
Según explicó el portavoz del gobierno de Cataluña, Francesc Homs, el Ejecutivo regional que preside Artur Mas está “convencido” de que el gobierno central no impondrá condiciones a Cataluña de carácter político, más allá de los requisitos financieros de supervisión que implica el acceso a este fondo de liquidez y de las competencias que le da la ley de estabilidad financiera, aunque el incumplimiento posibilita la intervención de la región.
La solicitud de ayuda evidencia las tensiones de tesorería de Cataluña, que además es la región más endeudada de España, con una deuda que supera los 42.000 millones (el 21% de su PIB), y debe ajustar el déficit de 3,9% con el que cerró 2011 a la meta de 1,5%.
Homs comentó que con los 5.000 millones de euros de margen, Cataluña deja clara su voluntad de cumplir con el déficit pactado, que aún así calificó de “muy difícil”.
Cataluña no sería la última región en pedir ayuda. Hace dos semanas, el presidente de la región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, anunció que hará una petición oficial en septiembre. Y el lunes, el vicepresidente del gobierno regional de Andalucía, Diego Valderas, afirmó que la comunidad “no necesita rescate ahora, lo que no quiere decir que sí lo precise mañana o en tres meses”.
Nueva desmentida
Por su lado, Rajoy y Van Rompuy negaron ayer que España esté negociando su rescate con los países de la zona del euro. Rajoy dijo que “no hay ninguna negociación sobre este asunto, porque el gobierno no ha hecho ninguna petición en ese sentido”. Van Rompuy, por su parte, se limitó a decir que estaba totalmente de acuerdo con lo que había dicho el presidente del gobierno español.
Previamente la autoridad europea señaló que el Banco Central Europeo (BCE) anunció su disposición a ayudar a España y que si al gobierno español “le parece útil” ese ofrecimiento, las instituciones europeas “podrían tomar las acciones adecuadas”.
