Internacional
El 80% de las empresas españolas cree que fin del euro será muy severo o catastrófico
Pese a los temores sólo 8,9% de las empresas europeas ha realizado pruebas de esfuerzo a su pronóstico de resultados.
Por: Equipo DF
Publicado: Viernes 29 de junio de 2012 a las 05:00 hrs.
Por María Ignacia Alvear C.
La situación que se vive hoy en la eurozona está generando cada vez más inquietud entre los directivos de las empresas del viejo continente, ante las dudas por un posible fin del bloque de la moneda común. Según una encuesta realizada por la consultora Ernst & Young (E&Y) a 100 directores ejecutivos y financieros de firmas de la eurozona, tanto los que se encuentran en el centro como en la periferia del bloque, creen que serán golpeados duramente si hay un quiebre en el euro.
En España, el 80% de los encuestados dijo que el fin de la eurozona sería un desastre o los pondría bajo un estrés severo, mientras en Italia el porcentaje fue de 78,2%. En tanto, en Alemania, 81,8% esperaba un severo impacto y en Francia 69,3% predijo efectos desastrosos o severos. Las empresas consideradas en esta encuesta contaban con ingresos que iban bajo los
US$ 100 millones hasta sobre los US$ 2.000 millones.
Aquellas compañías que predicen efectos “desastrosos” vienen de un amplio rango de sectores, como aeroespacial y defensa, automotor, consumo, servicios financieros, manufacturas e inmobiliario. Las presiones a corto plazo, son esperadas de las compañías en más de 18 sectores, que va desde las químicas a las de lujo y vestimenta a servicios profesionales.
Sobre cómo las compañías han respondido a esta crisis, el informe de la consultora señala que sólo 8,9% de ellas afirma que han realizado pruebas de esfuerzo sobre los pronósticos de ganancias e ingresos para tomar en cuenta el peor escenario en la eurozona, aunque un 31,7% dijo que ha hecho algún tipo de evaluación.
En Alemania esa proporción se eleva a 45,5%, pero en Italia y España, dos de los países más afectados por la crisis, cae a 34,7% y 20%, respectivamente.
Por otra parte, la encuesta arrojó que las firmas están concentradas en el efectivo. En general, 71,3% dijo que ha incrementado su enfoque en optimizar el manejo de capital y efectivo, lo que parece ser cierto en industrias de manufacturas.
En este escenario, las estrategias de largo plazo han dejado de ser una prioridad. El 40,6% cree que está menos inclinado a una expansión por medio de adquisiciones. Otro 35,6% no ve cambios: menos de un cuarto de las empresas están más a favor de jugadas estratégicas debido a la crisis. Las compañías financieras encuentran particularmente complicado tener una visión a largo plazo u orientada a las adquisiciones, mientras que las firmas alemanas también están alejadas de los acuerdos de compras.
En tanto, en el corto plazo, y si los problemas de la eurozona no se resuelven favorablemente, son las compañías españolas e italianas las que tendrían una estrategia para compensar los riesgos de los tipos de cambio y divisas.
En general, 14,9% de los directores financieros dijeron que tienen una estrategia preparada, y el 28,3% señala que tiene alguna protección. En tanto, en Alemania menos de una de cada diez compañías tiene una estrategia, y sólo 18,2% dijo que tenía una protección limitada.
Recorte de inversiones
En cuanto a las inversiones, más de un cuarto de las empresas las han reducido en Europa como consecuencia de la crisis. Sin embargo, 27,7% indican que no han recortado las inversiones y 47,5% insiste que la crisis ha influido poco en sus programas de inversiones. Entre los sectores han mantenido sus inversiones están el aeroespacial, químico y producción de alimentos.
Las compañías que son más vulnerables a fluctuaciones de demanda a corto plazo (automotriz, servicios financieros, hoteles y logística) están más inclinadas a recortar las inversiones.
El informe de Ernst & Young concluye que las compañías que retrasan sus inversiones podrían perder oportunidades proporcionadas por las nuevas tecnologías para mejorar la calidad o eficiencia. Se arriesgan a ser superadas por rivales más hábiles que pueden ganar una ventaja competitiva. Entre más las compañías duden, mayor es el riesgo. Esto se aplica especialmente en sectores sujetos a cambios tecnológicos perjudiciales y cambios en el comportamiento del consumidor, como las firmas de medios de comunicación y de retail.