por Alex Barker,
Bruselas
El plan de Bruselas de una autoridad central que acabe con los bancos débiles es cubrir a los 6.400 prestamistas de la zona euro, un mandato amplio y ambicioso que dejaría a los ahorrantes alemanes indirectamente a cargo de los colapsos de los bancos en otros estados del bloque.
Según diversas personas que han visto el borrador final, la Comisión Europea se propondrá darse a sí misma el poder para cerrar a los prestamistas en problemas en la unión bancaria de Europa, si es necesario contra la recomendación de su lugar de residencia.
Todas las instituciones cubiertas por el sistema de resolución –desde prestamistas locales en Austria e Italia hasta bancos globalmente activos como BNP Paribas o Deutsche Bank– estarían, en teoría, enrollados a través del régimen central de la comisión.
Esos bancos también se verían obligados a entregar dinero a un fondo de resolución central, una gran preocupación para los prestamistas alemanes que temen que tendrán que pagar por los colapsos de bancos en economías más débiles.
Incluso antes de que la propuesta fuera revelada, la canciller alemana Angela Merkel cuestionó abiertamente la legalidad de implementar una revisión tan amplia de la gobernabilidad financiera sin cambiar los tratados de la UE.
La decisión de Michel Barnier, comisionado de la UE responsable de la regulación financiera, de incluir a los pequeños bancos podría ser polémica y arriesga repetir los argumentos del año pasado sobre el mandato del BCE para la supervisión.
Pero es probable que Berlín concentre sus objeciones en una base legal. Si bien en principio el gobierno alemán apoya una autoridad de resolución central y un fondo que cubra a todos los bancos, la administración quiere que se haga en un proceso más gradual de dos pasos que se complete con un cambio en el tratado.
Mañana Barnier recomendará un sistema unificado de resolución, en vez de la supervisión bancaria de dos estructuras.