El inesperado paso de Aécio Neves a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Brasil y el previsible traspaso de los votos de Marina Silva hacia su candidatura dejan al abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en una inmejorable posición, según los analistas, lo que impulsó los activos domésticos.
Si bien la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), se mantiene como la favorita para el balotaje del 26 de octubre, "el impulso está ahora con Neves, y desde la perspectiva de los mercados financieros, él ofrece la mejor esperanza de cualquiera de los candidatos líderes de forzar las reformas necesarias para revivir la vacilante economía de Brasil", escribió en una nota Neil Shearing, economista jefe para mercados emergentes de Capital Economics.
El experto explicó que si él "logra captar el creciente descontento sobre el nepotismo y la corrupción dentro de la actual administración y se convierte en el candidato 'cualquiera menos Dilma', entonces podría imponerse". Marco Marconini, director gerente de Teneo Intelligence, afirmó en un informe que "él ha logrado la segunda vuelta con cifras contundentes, particularmente para un candidato que apenas tenía 14% de las preferencias un mes antes de las elecciones" y detalló que su victoria fue particularmente sólida en Sao Paulo y su natal Minas Gerais, los dos estados con mayor población del país. A esto se suma su buen desempeño en el noreste, generalmente un bastión del PT, lo que es un punto alentador, según Craig Botham, economista para mercados emergentes de Schröders.
Apoyo político
Tanto Capital Economics como Société Générale destacaron que, a diferencia de Silva, Neves cuenta con el apoyo de una gran máquina política como el PSDB. De hecho, sería más probable que él pueda impulsar medidas a través de un Congreso dividido y que pueda ejercer influencia sobre los gobiernos estatales. Los especialistas coinciden en que Neves también tiene a su favor que la mayoría de los votos que recibió la líder ecologista se transferirán a él. "Rousseff deberá ser mucho más convincente en las próximas tres semanas, ya que existe una fuerte probabilidad de un frente unido de oposición entre los seguidores de Silva y los partidarios de Neves", aseguró Marconini de Teneo. Los analistas de Barclays estiman que un traspaso de cerca de dos tercios de los sufragios podría provocar una lucha "cabeza a cabeza" entre Rousseff y Neves.
Sin entregar su respaldo explícito, Silva declaró el domingo en la noche que "Brasil señaló que no está de acuerdo con lo que está ahí. Tenemos que ser coherentes con la sensación de cambio calificado que la sociedad está colocando".
El partido de Silva discutirá el tema de la adhesión el miércoles y el jueves anunciaría su decisión.
Por su parte, Rousseff prometió en Twitter un gobierno nuevo, pero sin dar detalles. Otro elemento que podría favorecer al senador es la exposición en los medios. El hecho que ambos tengan la misma cantidad de tiempo de emisión en televisión "podría ser visto como positivo para Neves, quien tiene una menor tasa de rechazo que Rousseff", acotó Barclays.
Siobhan Morden, estratega jefa para la región de Jefferies, sostuvo que la oposición intentará atraer a los simpatizantes de Silva atacando el actual estancamiento, mientras que la campaña oficialista se centrará en el populismo.
Mercado repunta
La perspectiva de un posible triunfo de Neves, quien es visto como el candidato más amigable con el mercado, alentó a la bolsa y a la divisa locales. El Bovespa subió 4,72%, su mayor alza desde julio de 2012.
El índice estuvo liderado por Petrobras, que avanzó 11%, su variación diaria más alta en seis años. El real se apreció 1,45% frente al dólar. Sin embargo, Société Générale alertó que los mercados "podrían ser barridos por la esperanza electoral, llevando a los activos brasileños hacia enormes ganancias sólo para ser decepcionados al final".

REPRESENTACIÓN EN EL CONGRESO
Los principales partidos de Brasil perdieron terreno en el Congreso frente a una decena de grupos más pequeños luego de las elecciones del domingo, lo que vuelve más difícil para el próximo presidente formar una coalición estable necesaria para emprender reformas económicas y controlar el gasto público.
El número de partidos políticos representados en la Cámara Baja aumentó a 28 desde 22, según resultados preliminares publicados por la autoridad electoral de Brasil. Ninguna de las partes tendrá más de 70 de los 513 escaños de la cámara baja, ni siquiera los dos que se disputan la presidencia de Brasil: el PT de la candidata Dilma Rousseff y el PSDB de Aécio Neves. Eso significa que quien gane la segunda vuelta carecerá de una clara mayoría en el Congreso y estará obligado a entablar negociaciones complejas con decenas de partidos para asegurar su apoyo.
"Es imposible que algún partido tenga mayoría en cualquiera de las dos cámaras", dijo a Reuters el analista de la consultora IHS, Carlos Caicedo. "Hay que ofrecer puestos en el gabinete, favores a cambio", agregó. El PT perdió 18 escaños y logró sólo 70 diputados, el número más bajo desde que el partido asumió el poder en 2003. El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una organización que respalda a Rousseff, quedó en segundo lugar con 66 congresistas, cinco menos que la representación que tiene actualmente. El PSDB ganó diez escaños adicionales, impulsado por el sorpresivo avance en la carrera presidencial de Neves, y tendrá 54 diputados. Se necesitan al menos 308 votos para enmendar la Constitución de Brasil.