El primer
ministro de Grecia, el socialista Yorgos Papandréu, se reunió hoy en Atenas con
los agentes sociales para anticiparles los detalles del amplio paquete de
austeridad con el que pretende iniciar el saneamiento de las cuentas públicas
del país.
El plan de
ahorro, que tendrá por ahora una duración de tres años, comprende fuertes
recortes de los sueldos de los funcionarios y la congelación salarial en el
sector privado.
Además, el
Gobierno prevé aumentos de varios impuestos, como el IVA, así como más cargas
impositivas sobre el tabaco, alcohol y gasolinas, entre otros.
Atenas se
encuentra a un paso de cerrar las negociaciones con la Comisión Europea (CE),
el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
que Grecia pueda recibir las ayudas internacionales de hasta 135.000 millones
de euros (unos US$ 160.000 millones).
Aparte de
las bajadas en los salarios, habrá recortes en las jubilaciones y una
congelación de la contratación en el sector público, con excepción de la
enseñanza, sanidad y defensa.