El primer ministro griego, el socialista Yorgos
Papandréu, apeló hoy al patriotismo para recabar apoyos parlamentarios a su
severo plan de austeridad trianual, que comprende profundos sacrificios
sociales para sortear la bancarrota.
El primer ministro declaró hoy en el Parlamento que su prioridad es
"salvar a la nación" con un programa que incluye subir los impuestos,
reducir el sueldo a los funcionarios, detener las contrataciones públicas y
congelar los salarios en el sector privado.
"Es un deber patriótico abordar esta situación, sea cual sea el precio
político, que es menor comparado al costo de no hacer nada", recalcó el
primer ministro.
"Las medidas que debemos de tomar, que son medidas económicas, son
necesarias para la supervivencia de nuestro país", afirmó con solemnidad
Papandréu, que reconoció que "no estamos en condiciones de pedir créditos
en el extranjero".
El mandatario está a punto de anunciar los detalles del programa de ajuste, que
permitirá a Grecia acceder a un paquete de ayuda de unos 135.000 millones de
euros procedentes del Eurogrupo y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las medidas de austeridad, calificadas de "injustas" y
"amargas" por los sindicatos, llegan tras dos semanas de
negociaciones entre Atenas y el FMI, el Banco Centr
al Europeo y la Comisión
Europea.