Los siete países más
desarrollados del mundo discutirán esta noche en la localidad
canadiense de Iqaluit el estado de la economía global y los mercados
financieros durante una cena de trabajo que iniciará la reunión de
ministros de Economía y gobernadores de bancos central del G7.
Hoy, el ministro de Finanzas canadiense, Jim Flaherty, que actúa
como anfitrión de la reunión, dijo que el encuentro está planeado
para que sea menos formal y las discusiones entre los representantes
de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia y Japón más
francas.
"Esta reunión no girará en torno a comunicados negociados y
textos preparados. Será el momento de una discusión franca y una
determinación colectiva para ayudar a poner la economía global
firmemente en el camino de la recuperación", afirmó Flaherty
mientras las delegaciones empezaban a llegar a Iqaluit.
Precisamente, Flaherty y el Gobierno canadiense han justificado
la inusual elección de Iaqluit, la capital del territorio de Nunavut
a escasos kilómetros del Círculo Polar Ártico y a más de 2.200
kilómetros al norte de Toronto, para favorecer un ambiente más
propicio a esas discusiones francas.
En la cena de trabajo de la noche de hoy, los ministros y
gobernadores tienen previsto abordar el actual estado de la economía
mundial y los mercados financieros, tras la profunda crisis del
2008-2009, así como los riesgos que existen a medida que la mayoría
de los países empiezan a recuperarse económicamente.
El sábado, la jornada de trabajo se iniciará con uno de los temas
más conflictivos, la reforma del sector financiero y las necesidad
de coordinar esfuerzos para responder a las causas que originaron la
crisis financiera.
También está previsto que ministros y gobernadores aborden los
llamados desequilibrios globales, en los que la mayoría de los
países del G7 incluyen la divisa china que muchos consideran está
por debajo de su valor real para favorecer las exportaciones del
gigante asiático.