BlackRock se muestra optimista ante el futuro a mediano plazo. La mayor gestora de activos del mundo reconoce que la economía global y las ganancias de las empresas frenarán su crecimiento el próximo años, pero considera que Estados Unidos seguirá impulsando su riqueza, incluso a medida que se desvanecen los efectos del estímulo fiscal en 2018.
BlackRock admite que los mercados son vulnerables a los temores de que se produzca una desaceleración cercana, aunque anticipa que el riesgo real de una recesión en 2019 es bajo.
"Sin embargo, las probabilidades aumentarán de manera constante a partir de ese momento, con una probabilidad acumulada de más del 50% de que la recesión ataque a finales de 2021", dicen en BlackRock, desde donde consideran que el actual ciclo está siendo "largo y profundo", y aún le queda espacio para recorrer.
La firma explica que las amenazas de la guerra comercial están empezando a descontarse en el mercado y señala una incertidumbre mucho mayor: Europa. "Creemos que los inversores pueden estar subestimando las amenazas a medio plazo para la unidad europea", advierte.
Por otra parte, BlackRock señala que la Reserva Federal (Fed) será más dependiente de los datos para seguir endureciendo la política monetaria y recuerda que los tipos de interés al alza han convertido de nuevo a los bonos estadounidenses a corto plazo en una fuente atractiva de ingresos. Sin embargo, alerta sobre los efectos de la deuda a largo plazo.
La entidad señala el negocio de la salud como uno de sus favoritos para invertir, explicando que la calidad de los activos (fortaleza en el balance y en el flujo de caja, y crecimiento) son clave a medida que el ciclo madura.
"El sector también muestra una baja sensibilidad al crecimiento global, lo que históricamente ha brindado resiliencia en el ciclo tardío", dicen en BlackRock.