Varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), incluido Chile, han lanzado una cruzada por aumentar el nivel de transparencia del reporte de los ingresos tributarios, declarándole prácticamente la guerra a los paraísos fiscales. Aquí se inscriben políticas como el plan BEPS, que busca reducir la erosión de la base imponible; y el convenio de asistencia mutua administrativa, que promueve el intercambio global de información.
Todas estas medidas intentan neutralizar una realidad de la cual Chile no está ajeno: la entrada y salida de flujos de capitales considerados “ilícitos”, cifras que en la última década a nivel global ascienden a varios miles de millones de dólares.
Así lo grafica el último informe de la ONG pro transparencia fiscal Global Financial Integrity (GFI), que calcula que entre 2005 y 2014 ingresaron al país flujos monetarios calificados de ilícitos por US$ 58.685 millones, mientras que las salidas de dinero bajo la misma categoría ascendieron a US$ 33.611 millones.
La organización, con sede en Washington, lanzó el lunes su séptimo reporte sobre la materia titulado “Ilicit Financial Flows to and from Developing Countries: 2005-2014”, en el cual estima los movimientos monetarios en 149 naciones en vías de desarrollo. Las proyecciones toman un punto alto y uno más bajo de las cifras. Para el caso de Chile esto implica ingresos que ascenderían a US$ 118.000 millones en el período, mientras que las salidas totalizarían US$ 60.171 millones.
A nivel global, la cifra más conservadora de flujos que salen de mercados emergentes llega a US$ 5.093 billones (millones de millones) en los últimos diez años, mientras que la proyección más abultada son
US$ 7.968 billones (millones de millones). El año pasado, el flujo de salida a nivel global totalizó US$ 970.000 millones, la mayor cifra de la década y que equivaldría a un rango entre el 14% y el 24% del comercio internacional de los países en desarrollo (ver gráfico).
“Los flujos ilícitos frecuentemente ocurren cuando las importaciones son subdeclaradas con el propósito de evadir las obligaciones aduaneras y el pago de impuestos como el IVA”, recalcó el estudio de 68 páginas.
Expertos en la materia señalan que las cifras serían coherentes -en cierta manera- con los niveles de evasión que muestra Chile, tanto en IVA (20,3%) como en el Impuesto a la Renta (40%).
La metodología de cálculo
El estudio calcula los flujos monetarios a partir de dos fuentes: la subdeclaración de mercancías a nivel internacional y “filtraciones” en los datos de balanza de pagos, mediante diferencias detectadas en las cifras entregadas por cada país y las reportadas por sus socios comerciales. Las estimaciones de subdeclaraciones comerciales de GFI (Global Financial Integrity) son revisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De hecho, el informe señala que es “difícil” llegar a una cantidad específica de movimientos de platas, ya que hay una “limitación” de la información comercial entregada por algunos países.
“La estimación de flujos que ingresan a los países podrían estar exacerbados por la limitada información. Pero, por otra parte, nuestras cifras de salidas de flujos podrían estar subestimadas en una cantidad mayor que la sobreestimación de los ingresos”, recalcó el estudio.
CHILE VERSUS EL MUNDO
Si bien las cifras relativas a Chile podrían parecer importantes, las observadas en la región y en el mundo no son menos llamativas. Según el estudio, México registró ingresos de capitales irregulares por US$ 568.000 millones en la década, mientras Brasil US$ 191.000 millones y Colombia US$ 52.387 millones. En otra categoría de naciones emergentes, China suma US$ 1.076 billones (millones de millones) en salidas de flujos ilícitos en la última década, mientras que los ingresos totalizan US$ 3.375 billones (millones de millones). Esto, basándose en el rango más conservador realizado por GFI.
