Por Blanca Arthur
Fue un golpe que remeció a todo el mundo político, porque tal como lo confirmaron las primeras reacciones, era impensable que un líder con las características de Pablo Longueira, pudiera renunciar a su candidatura presidencial si no era por causas realmente justificadas.
Eso explica que desde todos los sectores, lo primero que hubo fue una gran solidaridad frente a su estado de salud que, como indican sus cercanos, corresponde exactamente a lo que expresó la declaración de su hijo: una depresión profunda que de acuerdo al diagnóstico de los médicos le impedía continuar adelante.
La sorpresa fue total incluso para sus más cercanos. Cuentan que en la UDI había cierta inquietud por la desaparición de Longueira del primer plano después de su triunfo en las primarias, donde resentían que la candidatura no partiera con la fuerza que se esperaba, sin imaginar jamás que su ausencia podía deberse a que se le había gatillado una enfermedad que pudiera significar una decisión tan extrema.
Pero junto al impacto por la situación personal del líder gremialista, la inesperada situación abrió un cuadro de total incertidumbre en torno a cómo se definirá el problema presidencial en el oficialismo, donde en cosa de horas se desató la guerrilla entre los dos partidos aliancistas.
Tanto en la UDI como en RN la aspiración es llevar un candidato de unidad, partiendo de la base que es el mejor camino para potenciar las parlamentarias, pero como es prácticamente imposible realizar primarias dado que debe inscribirse en un mes más, éste debería surgir de un acuerdo político, que es el que no se percibe fácil porque ninguno de los dos partidos está dispuesto a ceder a favor del otro.
Como era de suponer, la tienda que lidera Carlos Larraín planteó que, dados los resultados de las primarias, el candidato natural debería ser Andrés Allamand e incluso habría notificado a sus aliados que él estaba dispuesto, lo que en la UDI rechazan de plano por su actitud después de la derrota. Todo apunta a que RN estaría decidida a persistir, lo que abre la posibilidad de llegar con dos postulantes hasta noviembre, que no pocos consideran que es una mejor opción para fortalecer a los candidatos al Congreso.
En ese caso, los primeros aprontes indican que podría darse un duelo de Allamand con Laurence Golborne o con la ministra Evelyn Matthei, los dos nombres que surgieron de inmediato en la UDI, sin que ninguno cerrara la puerta.
Con distintos escenarios abiertos en medio de la disputa de los partidos, las próximas horas serán decisivas para la Alianza, donde se estima que La Moneda podría jugar un papel determinante para tratar de lograr una candidatura unitaria, la que por razones conocidas, descarta que ésta pueda ser la de Allamand, mientras entiende que sería difícil imponer a Golborne. Por eso, de acuerdo a las versiones que circulaban anoche, la inclinación de Palacio sería la ministra Matthei, para lo que cuenta con el argumento de que las encuestas la han mostrado como una de las más competitivas.
Lo único claro a estas alturas, es que nada está definido, ni si habrá candidato único, ni tampoco que surjan otras opciones, porque también han comenzado a circular nombres como el de Manuel José Ossandón e incluso el de Cecilia Morel.
Es la incertidumbre que podría comenzar a despejarse en los encuentros que tendrán tanto la UDI como RN para tratar el tema tras el inesperado golpe que produjo la renuncia de Longueira.