Por A. Chávez y G. Cerda
En el oficialismo como en la oposición coinciden en que uno de los pendientes del gobierno de Sebastián Piñera han sido los temas laborales y aunque algunos -con más optimismo que realismo- apuestan a que en los ocho meses que le quedan a esta administración se pueda revertir ese escenario, lo cierto es que el complejo debate que ha sorteado el proyecto del Multirut daría cuenta que la agenda pro-trabajadores seguirá al debe.
Pero la ausencia de un compromiso sobre los cambios que ameritaría el Código Laboral y que desde hace años demandan los trabajadores, no sólo se limitarían a este gobierno, si no que a su sucesor. Y es que a la fecha una propuesta concreta sobre el tema, así como el compromiso de implementarlo ha sido el gran pendiente de quienes aspiran y tienen reales opciones de llegar a La Moneda.
En ese sentido, las voces más suspicaces del mundo sindical, acusan que el hecho que el debate esté centrado en lo tributario, “esconde” más bien el temor que existe ante la posibilidad de avanzar en una profunda reforma laboral, pues consideran que ésta “sí cambiaría las reglas del juego” más que un cambio en el ámbito impositivo.
En esa línea, un asesor cercano al comando de la candidata Michelle Bachelet, quien por lo demás corre con las mejores opciones de instalarse en La Moneda en 2014, reconoce que “se ha confirmado que el mercado sigue funcionando con una reforma tributaria, los empresarios pueden hacer el costo de lo que pueda significar un alza de impuestos, no así una reforma laboral, que significan una serie de derechos adquiridos que no se pueden retrotraer con el tiempo”.
Desde la vereda de los centros de estudios ligados al oficialismo, en tanto, confirman ese temor, afirmando que “una reforma profunda al mercado laboral puede ser más preocupante para el empresariado”, dice la investigadora del LyD, Cecilia Cifuentes.
La experta en materias económicas y sociales, además advierte que si en este tema “se le diera el liderazgo a los partidos más radicales del pacto Nueva Mayoría, es preocupante, porque de hecho se ha hablado de regular las brechas salariales por ley y cosas de ese tipo pueden ser tremendamente distorsionadoras y perjudicar a empresas más pequeñas”.
Nada revolucionario
En este escenario, un parlamentario cercano al comando de Bachelet, admite que todo indica que en esta campaña presidencial no habría espacio para una gran reforma laboral por lo que el acento estará puesto -como se ha hecho- en la reforma tributaria con un fuerte componente social y de ahí que se incorpore el tema de las AFP.
Otro personero, también cercano a los equipos que trabajan en las propuestas programáticas, defiende que la prioridad sea una reforma tributaria, dado el alcance que tiene la primera para enfrentar la desigualdad. “Quienes son partidarios de extender la negociación colectiva -aseguran- que ese mecanismo permite mejorar los salarios de los trabajadores y por esa vía afectar positivamente la distribución del ingreso y disminuir las gananciales empresariales. Pero una reforma tributaria redistribuye a ‘todos’ y en especial a los que no negocian colectivamente que son la mayoría de los trabajadores, por la vía de acceder a una buena educación, a una salud digna, a mejores barrios y viviendas”, sentencia.
En ese contexto, otro parlamentario valora la incorporación del ex director de la OIT, Juan Somavia, al comando de la candidata, pero confirma que “no es un tipo que vaya a hacer la revolución bolchevique”.
Voluntad en duda
Desde la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), en tanto, advierten que “no basta con la nominación de Somavía” y aunque valoran el compromiso de Bachelet de escuchar a la Central a la hora de elaborar el programa, dicen estar “preocupados” por la ausencia de compromisos más concretos en la materia. De ahí el paro nacional convocado para el 11 de julio, para poner este tema en la agenda de los presidenciables. “Hay un consenso en la necesidad de una nueva Constitución, pero será una democracia incompleta si no se respetan los derechos laborales”, dice un dirigente sindicial.
Para la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, avanzar en una reforma laboral profunda, “no afecta considerablemente el desarrollo del país, a menos que hoy la posibilidad de que Chile crezca esté sostenida en la base de tener a los trabajadores en explotación y entender el trabajo como un costo de producción (...) siempre es posible pensar en reformas, ya sea de corto alcance o estructurales como, por ejemplo, una nueva institucionalidad para el mercado laboral pero eso no debe tener un impacto negativo en materia de costos y crecimiento”.
Ricardo Solari: "El espacio para que una reforma laboral genere preocupación en el empresariado me parece discutible"
- ¿Cuánto puede impactar impulsar una reforma laboral profunda en el próximo gobierno en las perspectivas del empresariado?
- En general, todos los debates laborales se politizan, pero hay varias etapas que imaginar. Primero una etapa de diseño por parte del gobierno, después de una discusión que es muy relevante con los actores sociales, siguiendo las recomendaciones de buenas prácticas de la OIT, y luego un debate legislativo. Entonces creo que el espacio para una reforma que dé como resultado un quiebre o una preocupación en el empresariado me parece discutible.
- ¿Pero puede tener efectos en el crecimiento?
- Se está haciendo una especie de canje, al cambiar lo que eventualmente puede ser ciertas ventajas que tiene hoy el mundo empresarial por una cierta estabilidad en las reglas del juego a futuro y quizás, si se hace bien una reforma, derivar crecimientos significativos en la productividad.
- ¿Hay espacio para que el empresariado lo vea con recelo?
- No creo que el empresariado lo vea más riesgoso que, por ejemplo, una reforma tributaria. Si son sensatos, si tienen perspectivas históricas y son capaces de evaluar la importancia que tiene el tener un acuerdo sólido respecto de las reglas del juego, van a colaborar. Me parece que es una buena inversión del mundo empresarial y no pensaría que eso va a ser más riesgoso.
- Este gobierno no ha avanzado en reformas laborales profundas, ¿es deber del siguiente gobierno realizarlas?
- El gobierno siguiente, el que venga, va a apostar a resolver temas de gobernabilidas y va a apostar por una estabilidad a largo plazo. El gobierno no hizo nada de la agenda que prometió, no me refiero a la agenda que uno consideraría buena y sana para el país. Por ejemplo, se habló de hacer un cambio en el Multirut, en salas cuna, en capacitación, y eso nunca se hizo. Estos pendientes que he mencionado no son cosas menores, y en ninguna se pudo avanzar.
- Se ha dicho que la mejor reforma para los trabajadores es el pleno empleo y crecimiento económico...
- El gobierno actual es hijo del crecimiento económico, pero esto no implica hacernos los desentendidos de que nuestro sistema laboral tiene grandes problemas.
Se está haciendo una sobreinterpretación del dato de creación de trabajo y no ocuparía la hipótesis del pleno empleo así como así, porque con las tasas de participación que tenemos es muy dificil que podamos dar por bueno eso.