Por Alejandra Maturana
Un reciente análisis del Ministerio de Desarrollo Social basado en las últimas cuatro encuestas Casen arrojó como resultado una importante alza de los hogares no biparentales con jefatura femenina en situación de pobreza, pues de los 137.209 existentes en 2003, la cifra se elevó a 242.608 en 2011, es decir, un 77% adicional.
Este aumento queda en evidencia al observar la evolución del índice de femineidad de pobreza, el cual pasó 109,2 puntos en el 2000 a 142,0 puntos en 2011.
Esta situación se da a pesar de que las mujeres jefas de hogar tienen un ingreso autónomo 19% superior al de los hombres cuando ejercen ese rol en hogares en que sólo está presente uno de los padres de familia.
Sin embargo, este ingreso ha descendido más de un 10% con respecto al 2006 -pasando de $140.370 a $121.665- a pesar de existir un alza de 1,7 años en la escolaridad de estas mujeres con respecto al 2003, incluso superando los índices masculinos.
A esto se le suma que el hogar con jefatura femenina cuenta con un menor de veinte años más que el monoparental masculino, teniendo una carga casi igual que la del biparental, pero con una persona menos en edad productiva.
Por consiguiente, y según explica la subsecretaria de Desarrollo Social, Soledad Arellano, “el problema es que el ingreso de estas mujeres, a pesar de ser mayor, no es capaz de compensar el hecho de que tienen que sustentar un hogar más grande y, por ende, les cuesta más sacar a sus familias de la situación de pobreza”.
Por eso, desde el Ministerio señalan que a partir de octubre pasado y en complemento al programa de ingreso ético familiar, todas las mujeres trabajadoras pertenecientes al 30% más vulnerable del país pueden optar al “Bono para el trabajo de la mujer”, que tiene un tope máximo de $34.000.
El impacto del bono sobre los ingresos
Respecto a esta ayuda, Arellano dice que las mujeres que se han inscrito actualmente reciben en promedio $ 20.000 mensuales, ya que ésta varía según el monto del salario de cada una, y que espera que con esta medida los resultados de la próxima encuesta Casen cambien positivamente.
El análisis demuestra además que los hogares en situación de pobreza que están a cargo de hombres no han presentado mayor variación -de 29.298 en 2003 a 27.144 en 2011- y los biparentales en esta situación han conseguido disminuir casi un 30%, pasando de 464.918 a 332.104 en el mismo período.
Además, el descenso en el ingreso autónomo de los hogares pobres no sólo se ha dado en los casos en que una mujer lidera un hogar, sino que también en viviendas en que son hombres únicamente los jefes de hogar de acuerdo a las dos últimas encuestas Casen, pues ha pasado de un promedio de $ 105.994 a
$ 82.085, lo que equivale a casi un 23% menos.
Estos datos se relacionan a que también ha bajado la tasa de adultos activos por hogar pobre. En el caso de los hogares comandados por una mujer esta cifra pasó de 1,12 a 0,85 entre 2003 y 2011, mientras que en el caso de los hogares liderados por hombres esta cifra pasó de 1,04 a 0,75.
En tanto, la ocupación también ha descendido, pues en los hogares pobres de jefatura femenina sólo alcanza a un 0,61 (versus 0,74 en 2003), mientras que el de jefatura masculina es de 0,49 (versus 0,66). En ambas variables, los hogares biparentales se mantuvieron estables, con 1,34 adultos activos y 1,00 ocupados durante 2011.