El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica, José Miguel Sánchez, no quedó satisfecho con las proyecciones para la economía chilena que entregó el Banco Central hace una semana.
A su juicio, el 1,4% esperado para este año es “pobrísimo” y si bien plantea que el 3% previsto para 2018 sería un salto, es un nivel que “no permitirá resolver los problemas” de Chile.
“Lo importante es como el país recupera la senda de crecimiento y eso requiere transformaciones”, sostiene, en la línea de recuperar las confianzas y la calidad de las políticas públicas. “Vamos a completar cuatro años de caídas en la inversión y mientras no se recupere, no lo hará el crecimiento y para eso necesitamos políticas públicas en esa dirección”, asegura.
- ¿Quién está más alineado con hacer buenas políticas, Alejandro Guillier o Sebastián Piñera?
- A los dos le faltan cosas, pero la candidatura de Piñera tiene cosas más parecidas a las que estamos hablando, en el sentido que plantea una reforma tributaria, una reforma al Estado, que es muy importante que funcione bien. Es inaceptable el funcionamiento que hoy vemos en muchos servicios, como el registro civil, Extranjería, es realmente impresionante la mala calidad de servicio que están dando, es inaceptable las colas que los ciudadanos extranjeros tienen que hacer para poder acceder a los papeles que necesitan para poder vivir y trabajar en este país, es indigno.
Esto no implica deshacer lo que se ha hecho, siempre son malas ideas las retroexcavadoras: no funciona así y nunca ha funcionado así. Se debe construir sobre lo hecho porque, además, nos ha costado mucho como país llegar al nivel en el que estamos.
- ¿Se ha tensionado mucho el ambiente electoral luego de la primera vuelta?
- Encuentro muy desastrosa la segunda vuelta, lo que hemos visto en estas últimas dos semanas no le hace bien al país. Por un lado, diciendo como avanzamos en gratuidad; y, por otro, estamos escuchando propuestas de condonación del CAE o meterle la mano a los bolsillos a los empresarios. Eso es muy negativo para el país, estar enfrascados en discusiones que no conducen a nada. Lo encuentro terrible y lo veo con mucha pena.
Lo que he visto en las dos candidaturas es que por ir a buscar más votos, están descuidando propuestas de largo plazo, que harán la diferencia para el país y que son las que realmente importan.
-¿Cuál cree que fue la declaración más desafortunada: la de Piñera por los votos marcados o la de Guillier y meterle la mano a los bolsillos a los empresarios?
- Las dos son muy desafortunadas y nos distraen de lo que debiéramos estar discutiendo. El debate debería estar enfocado en otra cosa, con altura de miras.
Propuestas con “mucho humo”
- En esta elección, ¿el país se está jugando la oportunidad de volver a un crecimiento más alto?
- Es difícil saber que nos estamos jugando realmente. Pienso que hay una candidatura que es más proclive a recuperar el crecimiento que la otra, más amistosa con el funcionamiento de los mercados, definitivamente. Pero como nos hemos convertido en estas últimas semanas en una verdadera guerra de declaraciones, es difícil ver realmente cuál es el proyecto.
La candidatura de Guillier ha estado muy preocupada de atraer personas del Frente Amplio, que están mucho más a la izquierda y falta ver cuánto de eso se va a reflejar. Primero, dice que no va a cambiar las AFP y luego lo hemos visto coquetear con el No +AFP, después pide reuniones para no seguir presionando con la reforma de pensiones. Entonces, ¿cuál es la verdad ahí?
Por eso digo que recuperar la senda de crecimiento y recuperar el liderazgo va a depender de cuáles serán las políticas públicas que finalmente terminarán aplicándose.Y ciertamente hay una campaña que apunta más al crecimiento que la otra por convicción, por formación, por equipos. Lo dijo Alejandro Jadresic en su diario y en eso estoy de acuerdo, creo que el equipo de Sebastián Piñera es muy bueno, de muy buen nivel técnico.
- ¿Eso le juega en contra a Guillier? Porque una de las grandes preguntas es quiénes van a formar su equipo económico.
- Exactamente. Y sobre todo si empieza a tener que ceder hacia la izquierda. Le hizo una invitación a Beatriz Sánchez a formar parte del gobierno, pero Beatriz Sánchez representa una cosa totalmente distinta, por lo menos en lo que vimos en la primera vuelta, donde mostró una oposición completa a la economía de mercado. Por eso digo que en este momento hay mucho humo todavía.
- ¿Fue una medida muy populista que los dos candidatos tomaran como bastión de campaña el tema de la educación superior?
- A mí no me gusta eso. Siempre he pensado que la gratuidad universitaria es una mala política, un error dada la escasez de recursos en la economía. Con los recursos escasos que tenemos, pienso que ponerlos en la educación universitaria y no ponerlos en la educación temprana de los niños, es un error grave, una política regresiva.
- ¿Es solo complacencia política?
- Completamente. Es un tema político cortoplacista.
- ¿Cuál será en su opinión el legado de la segunda administración de la presidenta Bachelet?
- Esa pregunta es muy difícil de responder. Me cuesta ver un legado de su gestión porque creo que las reformas que hizo fueron malas. Quizás el legado pueda ser que puso algunos temas modernos en la discusión, pero con malos diagnósticos, con malas reformas, mal pensadas y peor implementadas.
- Y en materia de crecimiento, ¿fueron cuatro años perdidos?
- Sí, basta compararse con el resto del mundo y con nuestros vecinos.
Los cambios en la facultad: reforma curricular y un nuevo edificio
Hace tres años que la facultad que dirige Sánchez está embarcada en un plan de desarrollo estratégico, que partió con poner fin al tope de alumnos que estaba suspendido en 250 vacantes. Así, se aumentaron en 180 los cupos para los alumnos, mientras que la planta de académicos subió de 60 a 80 profesores en los últimos cinco años.
Y en enero parte la construcción del nuevo edificio de la facultad, que tendrá 5.600 metros cuadrados y contará con altos estándares tecnológicos y cuando finalice su construcción, se contiuará con la remodelación del actual edificio que ya tiene 25 años. Todo el proyecto completo tomará unos tres años.
La reforma curricular se está elaborando sobre la base de una serie de estudios, análisis y entrevistas con empleadores, egresados y estudiantes.
De acuerdo a Sánchez, la investigación arrojó que la facultad tiene una particularidad que es muy valorada por el mercado: su licenciatura común, ya que recién en el quinto año los estudiantes optan por especializarse en Economía o Administración.
"Aún cuando una mayoría de estudiantes sale como ingeniero comercial con mención en administración, ese administrador tiene una base en economía muy potente, con 14 cursos de economía en el cuerpo, y eso es muy valorado por el mercado", detalla. Y no estaba siendo bien aprovechado.
Para solucionarlo, el primer objetivo de la malla es flexibilizar las posibilidades de los alumnos a la hora de elegir, para lo cual se está evaluando dejar espacio dentro de la malla para tomar concentraciones de cursos -o minor- en distintas especialidades dentro o fuera de la facultad, por ejemplo, en la nueva Escuela de Gobierno.
"Nuestra malla era innecesariamente rígida. Hoy los estudiantes quieren mucha más flexibilidad, ya que sus intereses son múltples: hay jóvenes que tienen mucho interés en emprender, otros que quieren trabajar en la administración pública y otros en el sector privado. Esa oferta está disponible y le poníamos restricciones, ahora daremos una mayor flexibilidad", plantea.