Los rumores de divisiones frente al tratamiento de la crisis del euro entre el gobierno en Berlín y el Bundesbank en Frankfurt son exagerados, según funcionarios en la capital alemana, aunque hay controversia entre los principales partidos del país.
A 13 meses de las elecciones, los social demócratas (SPD) apoyan una unión fiscal que requeriría cambios a la Constitución germana, ratificados en un referéndum, a cambio de los eurobonos.
Los liberales (FDP) y la Unión Cristiana Social (CSU), miembros menores de la coalición de centro derecha de la canciller alemana Angela Merkel, han rechazado la compra de bonos por el Banco Central Europeo (BCE) para reducir el costo de financiamiento de España e Italia.
En el gobierno, algunos como Philipp Rösler, líder del FDP, vice-chanciller y ministro de Economía, han especulado que Grecia podría ser echada de la eurozona si no cumple sus compromisos de austeridad hechos a cambio de dos rescates.
Pero las ausencias más notables del debate son las más importantes: Merkel está de vacaciones en Tirol y su ministro de Finanzas, Wolfgan Schäuble, en el Mar del Norte.
Ella no comentará las ideas de Mario Draghi, presidente del BCE, ni el apoyo socialdemócrata a los eurobonos para aliviar la crisis en los mercados financieros. Está pensando en soluciones de largo plazo para estabilizar al euro, según fuentes con conocimiento de causa.
Advierten contra sobreinterpretar cualquier declaración hecha en su ausencia, aunque sean en su nombre.
Aunque Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, votó contra la iniciativa de Draghi la semana pasada, se creía que Merkel la aprobaba tácitamente.
“No tenemos una división en Alemania, sino roles diferentes”, afirmó ayer Michael Meister, portavoz de finanzas de la CDU en el Bundestag.
Otros funcionarios repiten lo mismo. Weidmann es responsable de precios y estabilidad monetaria, y Merkel de crecimiento, empleo y política macro.
La canciller debe equilibrar constantemente entre mantener el apoyo de la oponión pública germana a los planes de rescate de la eurozona y manejar la crisis junto al BCE, la Comisión Europea y los otros 16 países del euro. A nivel interno parece tener éxito. La CDU lidera los últimos sondeos con 36%, mientras la SPD alcanza 30%.
Sin embargo, ninguna alianza (SPD con verdes, CDU con FDP) logra una clara mayoría. Ese es el contexto para las ideas del SPD.
Estas son cercanas a Schäuble, aunque Merkel las apoya menos. La SPD trata de ahondar esa división y disminuir así la popularidad de la canciller.