El FMI propuso introducir dos impuestos a nivel
internacional sobre las entidades financieras para costear rescates en futuras
crisis y desincentivar la toma de riesgos excesivos.
La propuesta está contenida en un estudio que le encargaron al Fondo Monetario
Internacional (FMI) los presidentes de los países miembros del G-20 en su
reunión de Pittsburgh en septiembre y que se debatirá en la reunión ministerial
del Grupo que tendrá lugar el viernes en Washington.
El informe fue filtrado por la cadena BBC y ya ha recibido el apoyo de
representantes europeos, mientras que Canadá se ha manifestado en contra, pues
teme que las nuevas tasas debiliten a las entidades financieras.
El estudio propone crear la llamada "Contribución a la Estabilidad
Financiera", un impuesto que inicialmente pagarían todas las entidades
financieras por igual y que posteriormente variaría según el nivel de riesgo
asumido por cada una.
Los ingresos se acumularían en un fondo para pagar por futuros rescates de la
banca o entrarían como ingresos corrientes a las arcas públicas.
El segundo impuesto sería la "Tasa sobre Actividades Financieras",
cuyo acrónimo en inglés es "FAT", que significa gordo, la cual
gravaría los sueldos y bonificaciones que pagan las entidades financieras, así
como sus beneficios.
El FMI enfatizó que la aplicación de ambos gravámenes debería coordinarse a
nivel internacional, porque si los gobiernos actúan de forma unilateral, las
entidades financieras pueden evadir el pago de los tributos moviendo sus
operaciones al territorio donde la legislación sea más débil.