por sebastián valdenegro toro
El 2012 ha sido un año en el que la mayoría de las monedas de la región se han apreciado frente al dólar, con excepción del real brasileño y el peso argentino.
Y la tendencia se mantendrá el próximo año, según proyectan analistas en Wall Street, quienes señalan que las buenas perspectivas de crecimiento para la región, así como el aumento en los flujos de capital a la zona, influirán en la apreciación de las divisas locales contra la divisa norteamericana.
El analista de Merril Lynch, Claudio Irigoyen, ve la apreciación “como un panorama global en la región”, pero destaca el caso del peso mexicano, “la moneda que mejor performance tendrá en 2013”, fijándolo en niveles de 12,60.
Lo mismo sucederá, prevé, con las monedas colombianas y peruanas, situándolas en niveles de 1.780 y 2,55 frente al dólar, respectivamente (hoy en 1.800 y 2,57).
“El peso chileno se apreciará un poco más, pero está el riesgo de que en $ 465 el Banco Central intervenga el mercado”, explica el analista, justificando un precio objetivo de $ 485.
El experto de Santander Investment Securities, Guido Rodríguez, ve al peso mexicano como una “divisa atractiva para los inversionistas en 2013”, situándola en un rango de 12,50 y 12,95.
En el caso de Chile, ve al peso moviéndose en un rango de
$ 460-$ 480 en el próximo ejercicio. “Chile se sigue viendo fuerte y probablemente veremos una ruptura de la resistencia en
$ 470 y una tendencia a la baja si continúa el alza en el precio del cobre”, estima.
Para Colombia y Perú, ve al dólar cambiándose en un rango entre 1,795-1,810, y 2,58, respectivamente.
Alejandro Cuadrado, de BBVA, prevé un mayor avance en Chile, Colombia, Perú y México.
Dicho esto, ve el peso chileno en un rango de $ 470-$ 485, con cierta “cautela” debido a una posible intervención del Banco Central bajo $ 470.
Brasil y Argentina, las excepciones
El real brasileño y el peso argentino serán las únicas divisas en retroceder el próximo año frente al dólar, debido a la actividad de sus respectivos bancos centrales para depreciar la moneda local. En 2013, Irigoyen ve el real cambiándose en 2,05 y el dólar paralelo en Argentina en 6; Rodríguez, por su parte, en 2,10 y 7, respectivamente.