La petrolera estatal mexicana Pemex colocó en el mercado de ese país bonos por 25.000 millones de pesos mexicanos (US$ 1.900 millones), convirtiéndose así en la mayor emisión corporativa en la historia de México.
La firma colocó papeles a cinco años con tasa flotante por 11.500 millones de pesos (US$ 886 millones), y con un rendimiento equivalente a la tasa de referencia local TIIE (Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio) más 18 puntos básicos, tras haber dado una guía de TIIE más 15-20 puntos.
También reabrió un bono a nueve años a tasa fija por otros 10.000 millones de pesos (US$ 769 millones), que dio un rendimiento de 110 puntos básicos sobre la tasa del instrumento soberano de ese país.
La firma vendió también notas a 15,5 años por 3.500 millones de pesos (US$ 269 millones) que estaban denominadas en UDIs -la unidad indexada por inflación en México- con un rendimiento del 6,52%, el equivalente a 100 puntos básicos sobre los Udibonos soberanos.
La demanda alcanzó un total de 41.000 millones de pesos (US$ 3.154 millones), o 1,5 veces para los bonos a 5 y 9 años y 2,7 veces para las notas a 15,5 años.
HSBC, Santander, Banamex, BBVA y Morgan Stanley coordinaron la transacción.
Pese al tamaño récord de la emisión, los inversionistas aún tenían espacio en sus portafolios para Pemex, un frecuente emisor cuasi soberano, dado que este fue la primera oferta del año, dijo un banquero en la Ciudad de México.