Por Claudia Betancourt M.
Su salida del Ministerio de Planificación (Mideplan) fue uno de los episodios más comentados del último cambio de gabinete. Es que la llegada de Felipe Kast al gobierno, liderando al grupo de jóvenes profesionales con un alto perfil técnico pero sin mayor experiencia política, era la gran apuesta sugerida por el gobierno. Hoy su tema está en los campamentos y aldeas como delegado presidencial y encargado de la Secretaría Técnica a cargo del tema, función que asumió hace sólo dos meses, pero que ya cuenta con algunos “triunfos” como triplicar el presupuesto de su unidad para el próximo año “de $ 6 mil millones a $ 19 mil millones”, subraya.
Emplazado en el mismo piso que se ubica el gabinete del ministro de Vivienda, Kast estableció su base de operaciones en una pequeña oficina desde donde pretende “erradicar las más de 4 mil familias que viven en aldeas”, plantea enfático.
- Difícil tarea le encomendó el presidente...
- El presidente no sólo me pidió que me hiciera cargo de las aldeas que son 4.109, sino también que me hiciera cargo de la realidad y la urgencia social de pobreza extrema que viven 28 mil familias en los campamentos, que tiene una historia de más de 20 años. Tenemos como meta duplicar el número de subsidios asignados anualmente en campamentos comparado con lo que había hecho Chile en los últimos 5 años. En promedio, se habían entregado 1.800 subsidios anuales en los últimos 5 años. Nuestra meta es superar los 4 mil subsidios este año, en el fondo, duplicarlo y esa tarea la estamos haciendo con mucha fuerza este segundo semestre.
- ¿Cuántos subsidios llevan?
- Menos de mil.
- ¿Y alcanzan? ¿Previa su llegada no era una prioridad los campamentos en el Ministerio de Vivienda?
- Es injusto contra el Minvu plantearlo como que ahora sí ocurrió, porque había un calendario que incluía poner más subsidios a fin de año, ya que los llamados son a fin de año.
Promesas incumplidas
- ¿Pero el objetivo de terminar con la pobreza extrema, no incluye erradicar los campamentos?
- Lo que estamos diciendo es que vamos a duplicar el número de subsidios. Los últimos tres presidentes han dicho que van a terminar con los campamentos y no han cumplido: Frei, Lagos y Bachelet.
- ¿Por qué no cumplieron?
- Porque se han generado nuevos campamentos. Cuando prometes cosas que tú no controlas -como el surgimiento de campamentos- la ciudadanía empieza a perder confianza, no te cree. Por lo tanto, comprometer que vas erradicar los campamentos es irresponsable, es poco creíble, porque no controlas todas las variables de la ecuación.
- ¿Entonces es un problema sin solución?
- Me gusta la estrategia del presidente al decir, lo que sí controlamos es cuantos subsidios podemos entregar a las familias de campamentos, no que se estén tomando un terreno en Valparaíso, por ejemplo. Lo que sí manejas es la cantidad de familias que viven en campamentos y esas familias son una urgencia para el gobierno.
- ¿Cómo recibe las críticas de algunos parlamentarios respecto de la lentitud en la reconstrucción?
- Hay un sesgo de ciertos políticos de mezclar dos cosas que no es bueno mezclar. Efectivamente es muy dura la situación que se vive en las aldeas y campamentos. Sí, tienen razón que aquí hay una urgencia social muy dura, eso hay que diferenciarlo de que aquí hay algo lento ¿lento respecto a qué?.
- ¿Y los plazos?
- Las últimas medidas de aceleración donde se incluyó la autoconstrucción, se flexibilizaron muchos procesos y si se compara lo que está haciendo Chile a menos de dos años del terremoto, hay muy pocos países que están avanzando como nosotros.
- ¿Están mintiendo?
- Todas las críticas tienen algo de verdad y algo de imprecisión. La realidad de las familias es muy dura, por lo tanto, no nos debe extrañar que cada día que pasa es un día perdido.
- ¿El próximo año es la entrega?
- El mes pasado tuvimos un hito súper importante. Todas las familias que están en las aldeas hoy tienen en su poder un subsidio que equivale a $ 13 millones que pueden cobrarlo de Arica a Punta Arenas. En estricto rigor cualquiera de las familias que viven en aldeas podría comprarse una casa usada o nueva en cualquier parte de Chile y no estar más en las aldeas.