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Escalar fuera de Chile, el reto de las startups con valor agregado

Karün, Bureo, Munani y EcoPollux, son cuatro emprendimientos con valor agregado que están logrando llegar a mercados internacionales. Todos con foco en la sustentabilidad, buscan dar un giro a los modelos de negocio tradicionales.

Por: Reportajes | Publicado: Lunes 20 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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"Los negocios que sobreviven son los que agregan valor", sostiene el gerente de Innovación de Corfo, Patricio Feres, en relación a los nuevos emprendimientos y empresas chilenas con propuestas de negocio innovadoras, que -de paso- están cambiando los modelos tradicionales a nivel local.

La única manera de tener emprendimientos con tasas de crecimiento importante, explica, "es que éstas generen un valor distinto y eso se debe a que son innovadores y están creando lo que otros no".

En este sentido, Feres destaca que si bien Chile cuenta con la capacidad de generar nuevos emprendimientos, dinámicos y de alto valor, según evaluaciones internacionales como el Global Entrepreneurship Development Index y el Global Innovation Index, uno de los retos de los negocios apunta al escalamiento.

Añade que un rol clave recae en las empresas tradicionales, que son demandantes de innovación. Éstas debiesen impulsar nuevos productos y servicios, abordar desafíos productivos, a través de un mecanismo que -asegura- está subutilizado en el país por medio de terceros, por ejemplo, las startups o los centros de investigación.

"Esto implica que las nuevas empresas logren escalar, y en los casos nacionales, tiene que ver con alcanzar la internacionalización. En Brasil o Colombia el mercado interno puede ser suficiente, pero en el caso chileno no. Cualquier cosa que nos propongamos que genere un impacto, tiene que abordar una oportunidad local, pero con una mirada global. Crear algo que sea de valor para otros países de Latinoamérica es un gran logro", agrega Feres.

Es el caso de Karün, Bureo, Munani y EcoPollux, emprendimientos con valor agregado que están logrando llegar a mercados internacionales. Todos con foco en la sustentabilidad, buscan dar un giro a los modelos de negocio tradicionales.

Firma confecciona patinetas en base a redes plásticas recicladas

Bajo la premisa de hacer negocios que generen un impacto positivo en las personas y el medio ambiente, transformando un material dañino en uno nuevo, los estadounidenses Ben Kneppers, David Stover y Kevin Ahearn crearon en 2014 Bureo, startup que recicla redes de pesca y las convierte en skates. "El objetivo era crear soluciones innovadoras frente al problema de la contaminación plástica, iniciando un cambio social", comenta Kneppers.

Tras una investigación, identificaron que las redes de pesca representan el 10% de la contaminación plástica en océanos.

Hoy, certificados como Empresa B, cuentan con una colección de patinetas y una línea de gafas de sol -realizada con Karün Eyewear- confeccionadas sobre la base de redes de pesca recicladas. Los productos se comercializan en 11 países.

Para operar se han adjudicado fondos semilla y Scale de Start-Up Chile, han levantado capital mediante crowdfunding en la plataforma Kickstarter y gracias a una inversión de la firma Patagonia, con quienes buscan reemplazar los componentes de nylon que utilizan actualmente. Junto a Jenga, desarrollan el primer juego 100% con este material.

Este año planean reciclar más de 150 mil redes y extender su proyecto Net Positiva -mediante el cual recolectan redes-, convirtiéndolo en un programa nacional.

En tres años de operación, han recolectado más de 100 mil kilos de redes, en 20 comunidades pesqueras y empresas de seis regiones del país. Además, se han financiado seis proyectos comunitarios a través de los fondos generados a partir del reciclaje de redes.

 

Supresor de polvo en suspención biodegradable sobre la base de aceites

Reutilizar desechos de productos biodegradables que aportaran a disminuir niveles de contaminación ambiental fue el objetivo de dos chilenos al crear en 2014 -al alero de la firma EcoPollux- un supresor de polvo en suspensión, emprendimiento que recupera aceites vegetales y los vuelve una solución no contaminante para regar el suelo. "Fue creado bajo el concepto de economía circular. Detectamos que en Chile había muchos desechos biodegradables que se podían reutilizar", comenta Alejandro Lira, gerente general de EcoPollux.

Tras investigar, detectaron que diferentes empresas regaban sus caminos de tierra, con agua cerca de 16 veces al día. Ante ello, crearon una solución compuesta en 80% de materias primas agrícolas de desechos reciclados y refinados, que disminuye el porcentaje de agua total para regadío hasta en 99%, utilizándose esta sólo una vez para diluir el producto, que se aplica -dependiendo del terreno- una vez al mes.
El supresor de polvo, similar a un aceite al que se le han quitado sus propiedades oleosas, está certificado como biodegradable, no contamina las napas subterráneas de agua y es aplicable a bajas temperaturas -hasta 36° bajo cero-, lo que permite ser usado en la cordillera.

Hoy la empresa cuenta con clientes que operan en Chile y en el extranjero, en las industrias de la construcción, agricultura y minería. En cuanto a financiamiento, Lira afirma que iniciaron con capital propio y en 2016 fueron uno de los ganadores de Piensa en Grande de Fundación Chile, instancia donde se adjudicaron un capital semilla de Corfo por $ 60 millones.

Firma de snacks en base a algas lanzará dos nuevas líneas de productos en 2017

Revalorizar en Chile la industria de las algas y establecer lazos de comercio justo con quienes las recolectaban fue el objetivo con que hace cuatro años nació Munani, firma nacional que creó una serie de snacks en base a cochayuyo.

"Luego de identificar los prejuicios que tenía la gente frente al consumo de algas, decidimos innovar en productos y preparaciones para cambiarle la cara al consumo de ellas", comenta Javiera Gutiérrez, fundadora de Munani.

Fue así como considerando sus propiedades nutricionales y los hábitos de consumo de la población, crearon galletas untables en base a cochayuyo, luche y lechuga marina, a los que añadieron sabores como ajo y orégano, productos que desde hace unos años se comercializan en tiendas especializadas en el mercado nacional. "Con esto, empleamos a recolectoras de algas, les entregamos nuevas herramientas para trabajar, comprando su producto en cantidades que sobrepasan los 200 kilos de harina mensual, de modo que creamos también un lazo de comercio justo con ellas", explica Gutiérrez. Adelanta que a las galletas untables, pertenecientes a su línea gourmet, se sumarán a partir marzo los snack para niños "Nunis" y durante el primer semestre del año, una línea de harina de algas, utilizable en la preparación de masas, pastas y como sustituto de la sal. Este año también esperan llegar a las salas de ventas del retail nacional y a mercados en Colombia y México, país donde ya están en conversaciones. En el terreno del financiamiento han levantado cerca de $ 70 millones y se han adjudicado, entre otros, subsidios de Corfo.

Anteojos de sol hechos con maderas nativas estrenará dos nuevas colecciones este año

Anteojos amigables con el medio ambiente confeccionados con madera de árboles caídos, bosques certificados con manejo sustentable y redes de pesca, bajo la marca Karün, una idea originada en 2012. Un producto local que busca abrirse paso en el mercado europeo.

"Karün busca usar los anteojos como un símbolo del cambio que se puede hacer en el mundo si empiezas a actuar. Son un elemento icónico de la industria de la moda, una de las más contaminantes, que llega a los consumidores finales. Es una herramienta para comunicar un mensaje diferente", comenta Thomas Kimber, fundador de Karün.

A la fecha, la firma ha levantado financiamiento por US$ 1,2 millones. En este sentido, Kimber reconoce que han "probado absolutamente cada una de las opciones que existen, desde fondos Corfo para emprendimiento e innovación, crowfunding, inversionistas privados, hasta créditos del banco".

El ejcutivo adelanta que entre mayo y junio próximo lanzarán dos nuevas colecciones que "combinan el desecho de una industria con tradiciones ancestrales de Chile, serán anteojos urbanos. Y, en abril, llegarán al mercado anteojos de madera ópticos". Además, se centrarán en consolidar su presencia en Chile y aterrizar en el mercado europeo, a través de la primera oficina en Estocolmo, que abrieron hace unas semanas. "Buscamos demostrar que desde Chile podemos agregar valor, no sólo desde materias primas, ese es nuestro elemento diferenciador. A través de la venta de anteojos poder crear una marca y posicionarla en el mercado internacional", concluye Kimber.

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