Innovación en medicina regenerativa

Dentro del amplio aporte que realiza día a día la nanotecnología al mundo está la medicina. Sin embargo, las aplicaciones en las que se lograrán estos aportes cada vez son más sorprendentes, pues se considera descubrir la cura al cáncer y también diagnosticar estas enfermedades con mayor antelación y certeza. Ahora último se está investigando en la innovación en "medicina regenerativa", pero más interesante aun es que se está investigando la fusión entre dos de las grandes revoluciones tecnológicas del actual y futuro crecimiento económico mundial: la nanotecnología y la impresión 3D.

Científicos del Programa de Células Madre y Medicina Regenerativa de la Universidad de Aston, en Inglaterra, investigan recrear las estructuras cerebrales dañadas de un cerebro, órgano que es el más conocido por lo complejo y diminuto de su funcionamiento, sin siquiera mencionar lo poco que se utiliza y su potencial. Ahí es donde se une lo diminuto de la nanotecnología y la impresión 3D para re diseñar y fabricar zonas dañadas que se reflejan con enfermedades como tipos de demencia, Alzheimer o Parkinson, entre otras, y que trata de mejorar la conexión a escala de neuronas. Hasta ahora la ciencia ha logrado desarrollar tejidos en 2D, pero lo que ofrece la impresión 3D a nanoescala promete entrar en lugares del cuerpo hasta ahora casi desconocidos.

Estas aplicaciones son para el futuro, pero no olvidemos que el futuro se construye hoy. Para reflexionar al respecto, en 1950 se masificaron los antibióticos, tema que en su época era igual o más revolucionario que esta medicina regenerativa en nanotecnología e impresión 3D. Lo mismo sucedió con la industria de los aviones allá por 1906, y actualmente la aeronáutica y la farmacéutica son dos innovaciones pertenecientes a las más importantes industrias del crecimiento económico para muchos países.

Chile no puede estar ajeno a esta visión y debemos considerar que la relación entre crecimiento económico e innovación es absolutamente directa, por lo que se debe planificar con décadas de anticipación. Más aún, si vamos a crecer cercano a un 2% los próximos períodos, es tiempo de implementar todo tipo de soportes para el I+D. No es necesario seguir los pasos de investigadores en USA, Europa o Asia, ya que en nuestro país contamos con buenos científicos, buenas ideas y buenas oportunidades. Sólo falta re-diseñar y empujar más la conexión neurológica entre estos, las empresas y el Estado.