Una nueva restricción inquieta a miles de migrantes venezolanos. En esta oportunidad, se trata de una disposición emitida por la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de ese país (Sudeban) en la que instruye a las entidades financieras vigilar desde dónde se registran los accesos a sus respectivas páginas web.
La información, que no ha sido difundida por medios oficiales, se filtró a través de las redes sociales y fue confirmada de manera extraoficial por trabajadores de la Superintendencia.
La nueva normativa establece que los clientes de la banca venezolana deben informar oportunamente sus viajes al extranjero, destino y tiempo de estadía al banco, para que este pueda autorizar durante un plazo determinado el acceso a la plataforma digital.
En caso de que la notificación por parte del cliente no se haga efectiva, y la entidad determine que desde un IP fuera del territorio nacional se están realizando cualquier tipo de operaciones a través desde la banca digital, deberá "imposibilitar los accesos para realizar transferencias en línea de los instrumentos pertenecientes a dicho cliente".
Esta nueva medida, que es justificada por la Superintencia, como una acción de protección hacia los clientes y usuarios de la banca nacional, sorprende a los venezolanos -fuera y dentro de la nación petrolera- que han encontrado el envío frecuente de remesas como la única forma plausible de enfrentar la crisis económica, signada por una hiperinflación que pulveriza los ingresos en bolívares (fuertes o soberanos).
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Con información de Tal Cual y La Patilla