El líder de la mayor economía del bloque transparentaba así el sinsabor que dejó el anuncio de este domingo, cuando Donald Trump se reunió con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para definir una tarifa general sobre el bloque de 15% en lugar del 30% que consideraba aplicar el mandatario estadounidense. Esto, a cambio de compromisos contundentes de parte del bloque: nuevas inversiones en EEUU por US$ 600 mil millones hasta 2028, US$ 750 mil millones en compras de energía, otras compras no precisadas de la industria militar y apertura de mercados.
Otros gobiernos europeos reaccionaron negativamente a lo pactado. El primer ministro francés, François Bayrou, dijo que el pacto marcaba un “día oscuro” para la UE, la cual se había “resignado a la sumisión”. El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que lo apoyaba “pero sin ningún entusiasmo”.
Mientras que, fiel a su retórica, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, fue más duro: “Está claro que este no fue un acuerdo entre iguales. Trump se desayunó a Ursula. Es un negociador de peso pesado, ella es de peso pluma”.
Otras voces críticas
A la ola de cuestionamientos se sumó el empresariado europeo. “El anuncio del Presidente Trump es una señal de alarma para la industria a ambos lados del Atlántico”, dijo el miembro del directorio de la Federación de la Industria Alemana (BDI, su sigla en alemán), Wolfgang Niedermark.
A su juicio, “es un compromiso insuficiente y envía una señal desastrosa a dos economías profundamente integradas”. Recalcó que “incluso un arancel de 15% tendrá consecuencias muy negativas”.
En ese marco, Niedermark hizo un llamado: “La BDI pide al Gobierno alemán, a la Comisión Europea y a la Administración estadounidense que encuentren soluciones muy rápidamente en un diálogo objetivo y eviten una escalada”.
En España alzaron la voz desde la agricultura. “O apostamos por el libre mercado o apostamos por el protagonismo. No podemos ir al son que nos toque EEUU. Europa tiene que definir su política”, indicaron desde la Unión de Campesinos de Castilla y León
Desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos también hicieron un llamado: “Hacerle frente al amigo americano, que no es un aliado, sino que es un enemigo ahora mismo. Se ha salido con la suya. El 15% no se puede aceptar”.
Un debate abierto
“Paremos por un momento para pensar en la alternativa: una guerra comercial, como algunos parecen pedir, traería serias consecuencias. Con al menos un 30% de aranceles, nuestro comercio transatlántico se detendría, poniendo en riesgo millones de empleos”, señaló en este contexto el comisario de Comercio y jefe negociador europeo, Maros Sefcovic.
“Nuestras empresas nos han enviado un mensaje unánime: evitemos la escalada y trabajemos por una solución que suponga un alivio inmediato”, agregó el comisionado.
En una línea similar, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, señaló: “Valoro positivamente el hecho de que se haya alcanzado un acuerdo, siempre he pensado y sigo pensando que una escalada comercial entre Europa y EEUU habría tenido consecuencias imprevisibles y potencialmente devastadoras”.
De todas maneras, afirmó que todavía queda por “estudiar los detalles del acuerdo”, para lo cual la Comisión Europea debe “acelerar y tratar de compensar” las posibles pérdidas que produzca el pacto.
Financial Times calificó el acuerdo como una capitulación de la Unión Europea. En un reportaje citó a Georg Riekeles, exfuncionario de la Comisión que ayudó a negociar la salida del Reino Unido del bloque, quien criticó la estrategia de los negociadores, planteando que la amenaza más reciente de aplicar 93 mil millones de euros en aranceles de represalia contra productos estadounidenses, llegó demasiado tarde.
“En retrospectiva, la UE habría tenido más suerte si hubiera respondido con firmeza a EEUU en abril, en una combinación de uno-dos con las represalias de China contra las subidas arancelarias estadounidenses, que dejaron a los mercados y a Trump tambaleándose”, dijo Riekeles, que ahora trabaja en el centro de estudios European Policy Centre.
Ante las dudas que ha generado el pacto, un alto funcionario de la UE indicó a Bloomberg que ambas partes empezarán a trabajar en un texto jurídicamente vinculante, el cual requeriría el apoyo de al menos una mayoría cualificada del bloque y posiblemente del Parlamento Europeo.
La misma fuente indicó, en todo caso, que alcanzar un consenso sobre el texto legal podría llevar mucho tiempo. La UE no empezará a implementar los términos acordados, como la reducción de aranceles a los productos estadounidenses, hasta que se apruebe este texto legal, recalcó.