El 21 de enero, en el día 2 de su segundo mandato como Presidente de Estados Unidos, Donald Trump realizó la primera de un total de 690 transacciones para adquirir en estos siete meses US$ 103,7 millones de bonos, varios de ellos vendidos por empresas estadounidenses afectadas por los cambios en las políticas federales que él ha defendido.
Así lo consignó un documento proporcionado por la Casa Blanca a la Oficina de Ética del Gobierno (OGE) que se hizo público este martes por la noche. En 33 páginas, fechadas el 12 de agosto, el mandatario cumplía con la ley que lo obliga a declarar periódicamente las “transacciones reportables” al mencionado organismo.
Además de deuda emitida por gobiernos locales, juntas escolares, autoridades aeroportuarias y distribuidoras de gas y de agua, Trump también adquirió deuda emitida por una serie de grandes compañías.
Los documentos indican compras de bonos por montos que van entre US$ 500 mil y US$ 1 millón de T-Mobile US, UnitedHealth y Home Depot, realizadas a comienzos de febrero. Más adelante ese mes, compró deuda de Meta, matriz de Facebook e Instagram, por un valor de entre US$ 250 mil y US$ 500 mil, según lo reportado por CNBC.
Por otro lado, Trump no reportó ventas.
Un manejo controvertido
Pese a contar con una fortuna que asciende a US$ 6.400 millones, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, el actual Presidente de EEUU no pasó sus activos a un fideicomiso ciego.
De hecho, no está obligado a hacerlo. Distinto es lo que ocurre en Chile, donde la primera autoridad de la República está obligada a pasar sus activos chilenos, si exceden las UF 25.000, a un mandato especial fiduciario regulado por ley.
Pese a la ausencia de ese mandato en EEUU, desde el escándalo de Watergate 1974 que terminó con la renuncia de Richard Nixon, la mayoría de los antecesores de Trump han utilizado algún tipo de herramienta para evitar conflictos de interés.
Jimmy Carter y Ronald Reagan mantuvieron sus activos en un fideicomiso ciego, mientras que George H. W. Bush utilizó un fideicomiso diversificado, que le impedía saber qué contenía su cartera. Su hijo, George W. Bush, utilizó un sistema similar. Barack Obama fue una excepción, pero sus inversiones consistían en una mezcla menor de fondos indexados y bonos del Tesoro estadounidense.
En un informe de transparencia financiera anterior, que cubría su actividad durante 2024, Trump ya había declarado la tenencia de cientos de bonos en cuentas de inversión personal, independientes de su conglomerado empresarial. Este último incluye activos como el resort Mar-a-Lago en Florida, su participación en Trump Media & Technology Group Corp. y negocios vinculados a criptomonedas, que habrían incrementado su patrimonio en al menos US$ 620 millones en los últimos meses, según datos de Bloomberg.
Sigue el ataque a la Fed, que en sus minutas advierte por inflación en EEUU
Trump dijo este miércoles que la gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, “debe renunciar ahora”, debido a que el director de la Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda (FHFA, su sigla en inglés), Bill Pulte, instó a la fiscal general Pam Bondi a investigarla por un par de hipotecas.
Se trata de la última de una serie de medidas de la administración Trump para intensificar el escrutinio legal de figuras y nombramientos demócratas. Cook fue nominada a la Fed por el expresidente Joe Biden. Asimismo, se alinea con los cuestionamientos sistemáticos del mandatario a la Fed, a la cual presiona por una baja en la tasa de interés.
Justamente, este miércoles, la Fed dio a conocer las minutas de su reunión de julio, donde quedan consignadas sus preocupaciones respecto a los precios en EEUU. “Varios participantes enfatizaron que la inflación había excedido 2% durante un período prolongado y que esta experiencia aumentaba el riesgo de que las expectativas de inflación a largo plazo se desanclaran en caso de que los efectos del aumento de aranceles sobre la inflación se prolongaran”, se lee en el documento.