El ministro chileno de
Economía, Hugo Lavados, espera que la reunión del G-20 que se
celebra este fin de semana en Washington avance en la solución de la
crisis financiera internacional.
"Esperamos que se avance en la solución del problema fundamental,
en cómo capturar mejor el riesgo en el sector financiero y cómo
amortiguar las compulsiones que se generan", declaró hoy Lavados en
un encuentro con periodistas en Fráncfort.
Lavados aprovechó su viaje de regreso a Chile desde Israel para
entrevistarse en Fráncfort con el presidente del Banco Central
Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, y con el presidente de Deutsche
Bank, Josef Ackerman.
Según el ministro, "más que una discusión general sobre el diseño
de la nueva arquitectura del sistema financiero internacional, la
reunión del G-20 debería plantear propuestas concretas".
"Nos interesaría mucho ver cómo reforzar la capacidad de
respuesta de instituciones como el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el Banco Mundial (BM), que claramente se han quedado atrás
en cuanto a capacidad de respuesta frente a los volúmenes de los
movimientos financieros internacionales", sostuvo Lavados.
Agregó que la posición de varios países de América Latina, entre
los que se encuentra Chile, es que el FMI debe jugar un papel más
importante y mejorar su capacidad de respuesta, con más capital y
con una forma distinta de mirar los problemas.
"Por eso se ha planteado la necesidad de que otros países tengan
más peso en el FMI o de una nueva estructura internacional y a Chile
le interesa la participación de naciones como Brasil", dijo Lavados.
El ministro afirmó que la crisis financiera internacional y su
impacto en América Latina es tema recurrente en las reuniones que
celebran los líderes de esa región, aunque recordó que pese a ese
contacto permanente, hablar de América Latina es hablar de países
con realidades distintas y no hay posición común.
En el caso de Chile, Lavados declaró que la crisis, que confía
resolverá Estados Unidos en un año, afectó dos maneras distintas.
"La primera es que en cuanto explotó a mediados de septiembre con
la caída de Lehman Brothers se produjo una disminución de los
préstamos interbancario en dólares", afirmó Lavados, que ensalzó la
rapidez del respuesta del Banco emisor chileno inyectando liquidez.
El segundo impacto fue la reducción de la demanda en algunos
sectores de la exportaciones chilenas, fundamentalmente en el
forestal, pues Chile, dijo el ministro, es un importante proveedor
de madera para el sector de la construcción estadounidense.
"En contra de lo que pudiera parecer, la minería no se ha sido
afectada. Las grandes operaciones de la minería del cobre sigue
funcionando sin mayores problemas", aclaró Lavados.
Explicó que aún es pronto para cuantificar la caída de las
exportaciones en este periodo de crisis.
En lo referente al cobre, el ministro dijo que si descuenta el
precio tan alto que adquirió esa materia prima, que pasó de US$2 a US$4
en un año, las exportaciones crecían un 12,14%.
"Agregando el efecto del precio del cobre, las exportaciones
crecían al 30% ó 40%", destacó Lavados, para 2009 prevé que
las exportaciones crezcan en plano.
En líneas generales, el ministro dijo que su país, aun no siendo
inmune a la crisis, está bien preparado para afrontarla y no
impedirá que la economía siga creciendo, un 2,5% en 2009
según pronósticos del sector privado chileno.
Agregó que el Estado cuenta además con un buen colchón para
amortiguar los efectos de la crisis, pues a el Banco Central dispone
de unos US$28.000 millones en reservas internacionales y
cerca de US$28.000 en los fondos de ahorro especiales.